Miércoles, 27 de febrero de 2008 | Hoy
EL MUNDO › CRECE EL ESCANDALO DE LOS PARA EN COLOMBIA
Cinco legisladores más fueron detenidos ayer por el escándalo de la llamada parapolítica en Colombia. Con ellos ya suman más de cincuenta los dirigentes políticos, en su mayoría aliados del presidente Alvaro Uribe, involucrados en el megaproceso judicial que investiga los vínculos políticos y económicos entre políticos y miembros de los grupos paramilitares y que controlan el narcotráfico en el país. Ya hay veintidós detenidos, aunque los jueces de primera instancia han conseguido apenas un puñado de condenas. Ayer se sumó una nueva. Un juez bogotano condenó a tres años y nueve meses de cárcel a la ex diputada oficialista Muriel Benito Rebollo.
El senador y ex presidente del Partido Conservador Ciro Ramírez y los diputados Luis Fernando Almario, Dixon Tapasco, Pompilio Avendaño y Enrique Angel, este último del Partido Liberal, fueron arrestados y recluidos en una cárcel de Bogotá hasta que brinden indagatoria. Ramírez quedó procesado después de que la policía develara unas llamadas telefónicas entre él y un presunto líder narco, cercano a los paramilitares. Sus compañeros, en cambio, habrían tenido contacto directo con los jefes paras –hoy desmovilizados–. Según sospecha la Justicia, los grupos armados de extrema derecha habrían asesinado a sus rivales políticos para asegurarles sus victorias electorales.
Pero ayer los medios colombianos destacaban el caso del diputado Almario. El dirigente oficialista fue el único de los cinco que renunció inmediatamente a su banca, que había conseguido en la última elección, en 2006. Según advertían fuentes judiciales, Almario sabe que su situación es muy complicada y no quiere que lo investigue la Corte Suprema.
A diferencia de sus compañeros, el ahora ex diputado no sólo es investigado por sus vínculos con los jefes paramilitares, sino también por sus presuntos acuerdos con las FARC. En el año 2000, la guerrilla reivindicó una masacre, en la que murieron el entonces diputado Diego Turbay, a su madre y otras cuatro personas. Según investiga la Justicia colombiana, Almario había llegado a un acuerdo con las FARC para asesinar a Turbay, su competencia en las elecciones legislativas de ese año.
Actualmente la parapolítica perdió terreno en los medios colombianos y la opinión pública. Desde la oposición siguen insistiendo en los vínculos entre el uribismo y los paras, y los beneficios que estos últimos tienen en la cárcel, pero la atención parece estar puesta en otro lado. Gracias a las masivas marchas apoyadas por el gobierno, la mayoría de los colombianos están pendientes de la suerte de los rehenes de las FARC.
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