EL MUNDO › INQUIETUD EN TODO EL MUNDO

Piden calma

La comunidad internacional coincidió en exhortar ayer a Colombia y Venezuela al diálogo y les pidió no exacerbar las tensiones, pero con distintas visiones de lo que motivó la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

El gobierno de Bolivia llamó ayer “lacayo” de Estados Unidos al gobierno de Alvaro Uribe. “El gobierno de Bolivia lamenta que hechos inoportunos y de provocación innecesaria, a la finalización de un período presidencial, pretendan ocasionar hoy situaciones que enfrenten a dos pueblos hermanos y pongan en riesgo la paz en el continente”, indica un comunicado oficial. El presidente de Ecuador, Rafael Correa y el de Brasil, Inácio Lula da Silva, acordaron con otros mandatarios de la Unasur “coordinar acciones para resolver rápidamente la grave situación que envuelve a los dos países”.

En el mismo sentido se pronunciaron ayer la OEA y su secretario general, José Miguel Insulza, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los Ejecutivos de España, Francia y Rusia.

En cambio Estados Unidos llamó a tomar “muy en serio” las denuncias colombianas. “Venezuela tiene la obligación tanto para con Colombia como para con la comunidad internacional de investigar completamente esta información y de actuar para prevenir que grupos terroristas usen su territorio soberano”, recalcó Virginia Staab, portavoz de la Oficina del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. En similares términos se expresó Arturo Valenzuela, subsecretario para la región.

En sintonía con Washington, la Unión Europea hizo hincapié en que fue Chávez quien rompió los lazos con el país vecino. En un comunicado, la UE instó a “implementar medidas comunes de necesaria cooperación con el objetivo de combatir las amenazas a la seguridad y de contribuir a la paz y a la estabilidad en la región”.

El ex presidente peruano Alejandro Toledo se adhirió a la postura estadounidense y pidió ayer en Washington al mandatario de Venezuela “no echarle gasolina al fuego” y a la OEA y a las Naciones Unidas que “sean eficaces al intermediar para evitar que estas fricciones se exacerben”.

Por el contrario, el Partido Socialista (PS) de Chile se solidarizó “perfectamente” con el gobierno de Hugo Chávez y pidió “que se hagan los esfuerzos para poder resolver esto por la vía del diálogo y de la diplomacia”, según su presidente en funciones, Juan Valdés.

A mitad de camino, las conferencias episcopales de Colombia y Venezuela expresaron su interés en contribuir a mejorar los nexos entre los dos países y en alejar la posibilidad de un conflicto bélico.

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