EL MUNDO › ATENTADO CONTRA LA EMBAJADA BRITANICA EN TEHERAN
El fantasma se posó ayer en Irán
El fantasma de los atentados suicidas recorre Medio Oriente y el Golfo Pérsico. Luego de que Irak inaugurara esta nueva táctica en su guerra contra las tropas angloamericanas que lo invaden, luego de que recrudecieran los frecuentes atentados suicidas palestinos en Israel, ayer el fantasma se posó en un país de malos recuerdos para Washington: Irán. Una camioneta chocó y explotó contra la embajada británica en Teherán. El conductor murió instantáneamente, mientras que en la embajada no hubo víctimas ni heridos. Para la policía iraní, fue un accidente. Pero los diplomáticos británicos no descartan que haya sido un atentado terrorista. En todo caso, no se comprobó aún la existencia de indicios que indicaran un atentado altamente planificado, como la presencia de explosivos en el vehículo.
“Una persona murió al chocar su camioneta contra la sede de la embajada británica en Teherán. El vehículo explotó y esto es lo que se sabe hasta ahora”, indicó escuetamente una vocera de la oficina del primer ministro británico Tony Blair. La funcionaria pidió que no publicaran su nombre y agregó que ningún miembro de la embajada resultó herido. Por su parte, el vocero del gobierno iraní, Abdullah Ramazanzadeh, dijo que “dudo que esto haya sido un ataque deliberado”.
“Escuché una gran explosión, me di vuelta y vi una bola de fuego gigante”, señaló Ali Sajjadi, un chico que pasaba por la embajada cuando la camioneta chocó contra sus rejas. La policía cerró la avenida Ferdossi, en el centro de Teherán, donde está ubicada la embajada británica. Los efectivos se desplegaron alrededor del edificio por temor a que se trate de un atentado suicida. “Estamos investigando”, informó un policía de civil, sin dar más explicaciones. Una grúa se llevó los restos de la camioneta, mientras se podía ver el cuerpo del conductor totalmente quemado. El viernes pasado, al final de una manifestación en contra de la guerra en Irak, cerca de 300 iraníes atacaron a pedradas la embajada de Gran Bretaña y exigieron su clausura.
En 1979, durante la Revolución Islámica del ayatola Jomeini, estudiantes radicales tomaron la embajada norteamericana en Teherán y mantuvieron 52 rehenes durante 444 días.