Una nueva encuesta difundida ayer arrojó que la popularidad de Nicolas Sarkozy se ubica en un devastador 36 por ciento. Ningún presidente francés desde 1958 tuvo tan bajo nivel de aprobación a una semana de la primera vuelta electoral. El único que estuvo cerca fue Valéry Giscard d’Estaing, con el 40 por ciento en 1991, y perdió la elección ante su rival socialista François Mitterrand. El candidato François Hollande está al frente de las encuestas para el próximo domingo, aunque la presidencia se definirá en el ballottage del 6 de mayo. Según numerosos sondeos, el candidato de la rosa se impondrá con comodidad por entre el 56 y 53 por ciento frente al 44 y 47 por ciento del presidente conservador Sarkozy. Pero ayer también realizaron concentraciones de campaña los otros adversarios. En Marsella, el centrista François Bayrou (Movimiento Democrático) realizó un acto y lo propio hizo la candidata de extrema derecha Marine Le Pen (Frente Nacional) en Hénin-Beaumont. El sábado, el ascendente candidato de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, reunió a 120.000 personas en Marsella antes de su acto de anoche en Pau. Será clave el comportamiento de estos electorados en la segunda vuelta de mayo.