El líder del Kremlin, Vladimir Putin, no tiene previsto por el momento entablar una nueva relación tras su reciente divorcio, según dijo ayer en un reportaje televiso. “Primero tengo que casar a mi ex esposa Ludmila Alexandrovna y luego pensaré en mí”, respondió el mandatario en el programa televisivo Línea directa a la pregunta de cuándo el país iba a tener una nueva primera dama. Inmediatamente después de las palabras del presidente, un jubilado de Novosibirsk ofreció su mano a la ex esposa del mandatario, según la agencia estatal Ria Novosti. Tras las declaraciones de Putin, la prensa en Moscú reaccionó de modo distinto. El diario sensacionalista y pro Kremlin Moskovsky Komsomolets escribió que el presidente afianzó su reputación como un “superhombre” político. “A un simple mortal no se le ocurre después de un divorcio velar por la vida personal de su anterior ‘media naranja’. Pero incluso para esto tiene tiempo el presidente”, agregó el diario. Por su parte, el periódico Kommersant criticó la formulación de Putin. “Suena a como si su ex esposa no estuviese en condiciones de iniciar por sí misma una nueva relación”, señaló. Putin dio como motivo de su divorcio tras 30 años de matrimonio de que la pareja apenas se veía debido a sus múltiples funciones.