Las elecciones regionales y municipales parciales italianas fueron un examen para Silvio Berlusconi, cuyo partido Forza Italia está en pleno declive. “Las alternativas a Mateo Renzi no son muy atractivas, sigue siendo la única oferta política seria”, señaló Giovanni Orsina, politólogo de la universidad Luiss de Roma. “Las elecciones regionales no son ni un test ni un termómetro para el gobierno. Las europeas de hace un año no lo eran, las regionales de hoy tampoco lo son”, declaró Luca Lotti, mano derecha de Matteo Renzi. En cambio, para Silvio Berlusconi, los comicios suenan sobre todo como los de la última oportunidad. “Si Berlusconi registra resultados realmente malos, esto podría ser su fin político”, consideró Orsina, mientras que una treintena de militantes electos de Forza Italia anunciaron su partida para unirse al ex delfín de Berlusconi, Raffaele Fitto, convertido en el contestatario más virulento del antiguo jefe de gobierno. Unos 20 millones de electores fueron llamados a elegir a los gobernantes de siete regiones de un total de 20 entidades que hay en el país.