“La memoria de miles no admite ningún punto final”, aseguró la presidenta chilena, Michelle Bachelet, rechazando cualquier eventual amnistía a los militares acusados de violaciones de derechos humanos durante la dictadura encabezada por Augusto Pinochet. La ex ministra de Defensa de Ricardo Lagos reafirmó que “los tribunales van a continuar estableciendo la verdad y la justicia sin excepción, porque la dignidad de Chile así lo exige”. Entre los tres mil muertos y desaparecidos que dejó el régimen de facto se encuentra el padre de la mandataria, que como jefe de la Fuerza Aérea se opuso al golpe militar del 11 de septiembre de 1973.

A diferencia de los presidentes anteriores, Bachelet usualmente participa de distintos actos en memoria de los asesinados o desaparecidos de la dictadura. Ayer estuvo en la inauguración de un monumento en conmemoración a tres profesores comunistas que fueron degollados en 1985 por agentes del régimen de facto. Finalmente, las atrocidades de aquella época parecen haber logrado unificar a una parte importante de la clase política nacional. Desde la izquierda, Bachelet recibió el reconocimiento del presidente del Partido Comunista, que remarcó la importancia de contar con su presencia en el acto. Desde la derecha, sorprendió la presencia de la diputada del partido de Sebastián Piñera, Renovación Nacional, que aseguró: “Queremos ser partícipes activos para que nunca más vuelvan a ocurrir hechos como los que hoy día lamentamos”.