A cinco días de la elección, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sigue despegándose del escándalo de corrupción que estalló al conocerse que dirigentes de su campaña electoral intentaron comprar un dossier con información que comprometía a los candidatos opositores, Geraldo Alckmin y José Serra. “En el caso del personal responsable de la seudointeligencia de mi campaña ni siquiera fui yo quien lo elegí. Fue el presidente del partido (Ricardo Berzoini), que era el coordinador de la campaña electoral”, explicó el mandatario brasileño, que el próximo domingo buscará la reelección. A pesar del tono de estas declaraciones, voceros del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT) dijeron que Berzoini no siente que estén cuestionando su rol como presidente de la agrupación, aunque sí tuvo que dejar la dirección de la campaña.