Mauricio Macri es desde anoche jefe de Gobierno y nada más: un rato antes de que Boca empezara a jugar su partido de Copa Libertadores con Atlas de México anunció la convocatoria a elecciones para renovar las autoridades del club el próximo 18 de mayo y comunicó que había pedido licencia en su cargo de presidente de la entidad. Macri dejó la comisión directiva en manos de Pedro Pompilio, después de asegurarse que su sucesor no se asociará con los kirchneristas que quieren arrebatarle el control de Boca. Ayer mismo, la oposición porteña en pleno le había vuelto a reclamar que cesara en su doble función y se ocupara exclusivamente de los porteños.

Macri había vuelto a Boca a partir de una resolución de la Inspección General de Justicia que desconoció a las autoridades que lo sucedieron y dispuso el regreso de la anterior comisión directiva al sólo efecto de que convocara a nuevas elecciones y condujera el club hasta entonces. La nueva conducción será elegida el próximo 18 de mayo, un domingo en que Boca enfrentará a Racing en la Bombonera por el torneo Clausura.

“Invito a participar a todos los socios en este acto electoral. Personalmente apoyaré a la lista oficialista en la cual yo creo y espero que continúe manejando los destinos del club”, declaró Macri al formalizar anoche la convocatoria a las elecciones. En nombre del oficialismo competirá Pompilio, cuyo amago de asociarse al kirchnerismo fue lo que motivó a Macri a retomar circunstancialmente el manejo del club aún cuando la oposición y varios constitucionalistas advirtieron que el ejercicio de la presidencia de Boca era incompatible con su función de jefe de Gobierno de la ciudad. Antes de entregarle a Pompilio las riendas de Boca, Macri se aseguró el control a futuro del club: pondrá al ex vicepresidente de Pérez Companc Oscar Vicente como secretario general.

El alejamiento de Macri de la conducción de Boca desactivó la movida que ayer mismo había empezado la oposición en la Legislatura. Allí, el kirchnerismo, la Coalición Cívica, el socialismo y las otras fuerzas adhirieron a un proyecto de Martín Hourest, que le exigía al jefe de Gobierno que desistiera de seguir al frente de Boca. La iniciativa del legislador del bloque de Igualdad Social no llegó a ser tratado en el recinto porque necesitaba los votos de los dos tercios de los presentes. El apoyo del conjunto de la oposición no alcanzó frente a la supremacía del macrismo en el Legislativo.

“El bloque macrista se negó a abrir el debate sobre los conflictos de intereses que plantea que Macri sea al mismo tiempo presidente del club Boca y jefe de Gobierno de la ciudad”, explicó Hourest.

En el proyecto planteaba que la aceptación del cargo al frente del club constituye la violación del “régimen de incompatibilidades establecido por los artículos 98 y 73 de la Constitución de la Ciudad”. Entre las objeciones que expresó Hourest, se encontraban “las habilitaciones que otorga el gobierno porteño a los clubes para los eventos deportivos; los conflictos que ya se generaron por predios que fueron intrusados (Casa Amarilla) y, entre otros, los convenios entre el club y el Gobierno de la Ciudad para usufructuar seis canchas de fútbol en el Parque Sarmiento”.

El legislador de Igualdad Social respondió a los argumentos planteados por Macri la semana pasada, cuando dijo que no había incompatibilidad porque Boca es una asociación civil sin fines de lucro. “Esto no quiere decir que no emprenda negocios ni desarrolle un poder político, económico, social y territorial que puede y suele entrar en conflicto con los intereses de la ciudad y de sus habitantes”, concluyó Hourest.