[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

No fue igual que siempre. Cada vez que recibió un fallo judicial favorable, Carlos Menem se mostró incólume. Ayer, al lograr un guiño de Julio Speroni para zafar de la causa armas, el ex presidente admitió sentir una situación de alivio. “Fue como sacarse un peso de encima”, reconoció primero para después amenazar con un juicio al Estado por haber pasado 8 meses de arresto domiciliario.
El desahogo de Menem encuentra varias razones. Pero al menos dos centrales. Por un lado, imagina que ahora las bondades judiciales (como un efecto “bola de nieve”) también llegarán al resto de las causas que lo involucran directa o indirectamente. Por el otro, sospecha que ya no tendrá demasiados sobresaltos para avanzar en su proyecto presidencial.
La descarga la hizo señalando a Tribunales. “Hay que terminar con ese tipo de maniobras de corte netamente doloso y, lo que es peor, por parte de algunos miembros de la Justicia. Son –agregó a la agencia DyN– maniobras políticas que movilizaron algún sector del Poder Judicial para hacerme pasar este mal rato.”
No dio nombres. Pero ni hacía falta que lo haga. Aludía a sus “enemigos” de siempre: el juez Jorge Urso, el fiscal Carlos Stornelli y los integrantes de la Cámara en lo Penal Económico. Los dos primeros vinculados con el fallo que dispuso su arresto domiciliario en la quinta de Don Torcuato, de su amigo Armando Gostanian.
Volvió a referirse a Urso y Stornelli en una nueva frase, pronunciada en el country Armenio de Pilar, otra de las propiedades de Gostanian. “¿Quién se hace responsable de lo que he tenido que vivir?, ocho meses de detención a los 4 o 5 días de haberme casado y todas las infamias que se dijeron”, se quejó abiertamente.
“Tendré que demandar de nuevo al Estado como lo hice con motivo de mi detención en el ‘76. No sé, pero tengo que ver con los abogados el tema...”, añadió. La amenaza fue devaluada horas después por sus propios defensores y hombres de su entorno. Para el caso, su sobrino y diputado nacional Adrián. “No está nada decidido, sólo dijo que lo analizará porque considera que alguien tiene que pagar por el daño. Pero no hay todavía absolutamente nada sobre el tema”, relativizó.
Adrián es hermano de Martín, integrante de la defensa de Menem y uno de los sobrinos que ofició de vocero del ex presidente durante sus meses de detención. Ahora, con el fallo de Speroni, quien dictó la falta de mérito en la causa donde se investiga el contrabando de armas a Ecuador y Croacia, el diputado está convencido de que la campaña proselitista tomará un nuevo impulso.
“Rodríguez Saá se va a desinflar igual que la diputada Carrió, son candidatos mediáticos y se van a caer”, señaló Adrián Menem a Página/12 antes de advertir que a partir de este fin de semana comenzará la “verdadera” campaña de Menem.
La alusión no es casual. En diez días recorrerá los tres distritos más importantes del país. El sábado, el ex presidente desembarcará en La Matanza, la localidad más populosa de la provincia de Buenos Aires. Allí están habilitados para votar más de 1,5 millón de personas. Menem llegará de la mano de Alberto Pierri, ex intendente matancero y actual coordinador de campaña bonaerense.
El domingo hará un acto en el Superdomo de Córdoba, donde sus organizadores prometen llevar miles y miles de adherentes. Y el jueves tiene programado aterrizar en Rosario. De eso, seguramente estuvo hablando ayer en un encuentro reservado con cerca de 40 intendentes santafesinos que lo visitaron.