EL PAíS › PARA QUE SE INVESTIGUE EL CASO DEL SECUESTRO DEL “CAPELLáN MONTONERO”

La desaparición del cura Adur

El hermano del cura Jorge Oscar Adur, desaparecido en 1980, se presentó ante la Justicia de Paso de Los Libres, Corrientes, para reclamar que se investigue el caso.

 Por Diego Martínez

Mientras la Corporación de Abogados Católicos rezonga por el avance de los expedientes que investigan delitos de lesa humanidad y la Iglesia Católica se resiste a impulsar causas para obtener justicia terrenal por sus obispos, sacerdotes, monjas y seminaristas asesinados y desaparecidos, el hermano del cura Jorge Oscar Adur, capellán de la organización Montoneros, se presentó como querellante ante la Justicia federal de Paso de los Libres para que investigue su desaparición. Adur fue secuestrado en esa ciudad el 26 de junio de 1980, cuando salía del país con un listado de desaparecidos que había recibido de manos de Madres de Plaza de Mayo y que pretendía entregarle al papa Juan Pablo II y difundir por el mundo.

Hugo Adur vive en Nogoyá, Entre Ríos, donde también nació Jorge el 19 de mayo de 1932. La querella en su nombre la presentó Guillermo Germano, coordinador del Registro Unico de la Verdad de Paraná. La causa se caratula “Waern Carlos Fidel y otros s/supuesta comisión de delitos de lesa humanidad”, más conocida como La Polaca. Se inició en 2004 impulsada por la Comisión Provincial de Derechos Humanos de Corrientes y llegó a tener ocho detenidos. A principios de 2007, cuando la Cámara Federal de Corrientes declaró la nulidad de los procesamientos por falta de fundamentos, el juez Juan Angel Oliva los liberó. El 23 de abril la Cámara revocó la medida pero Oliva aún no ordenó las detenciones.

Noveno de doce hijos, Adur se recibió de bachiller y viajó a Buenos Aires para ingresar como seminarista a la congregación francesa de Los Agustinos de la Asunción: los asuncionistas. Además de músico, pintor, dibujante, poeta y profesor de latín, Adur fue párroco de la Iglesia San Miguel de Tournes, en el barrio de Belgrano. Pronto se desvinculó de los curas tradicionales para conformar el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del cual fue uno de sus principales redactores.

Comenzó a ser perseguido luego del asesinato de Fernando Abal Medina, en septiembre de 1970. Adur (junto con el sacerdote Hugo Mugica) celebró una misa durante el velorio de Abal Medina y Gustavo Ramus. Ante el riesgo de que fuera secuestrado, un grupo de curas lo resguardó en el interior de la provincia de Buenos Aires. En 1976 el nuncio apostólico Pío Laghi lo trasladó en auto hasta el avión que lo llevó a su exilio en Francia.

En junio de 1980, mientras Juan Pablo II viajaba a América del Sur, Adur llegó a Brasil, donde había acordado encontrarse con su hermana. Pero no fue a la cita. Viajó a la Argentina y se reunió con las Madres, que le dieron un listado de desaparecidos. Adur debía dárselo al Papa y lograr que circulara en el exterior. Sacó boleto con destino a Porto Alegre, pero fue secuestrado en la frontera entre Paso de Los Libres y Uruguayana el mismo día que Lorenzo Ismael Viñas. Ambos fueron llevados al centro clandestino La Polaca, dependiente del Batallón de Inteligencia 601, a pocos kilómetros de Paso de Los Libres. La sobreviviente Silvia Tolchinsky creyó reconocer su voz durante una sesión de tortura en una quinta cercana a Campo de Mayo. Permanece desaparecido.

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La causa se enmarca en lo sucedido en el centro clandestino conocido como La Polaca. La foto pequeña, Adur.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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