EL PAíS › EMPEZARON A DECLARAR LOS TESTIGOS EN EL JUICIO CONTRA MENéNDEZ Y OTROS SIETE REPRESORES

“De la tortura no se vuelve jamás”

Una sobreviviente de La Perla reconoció a los acusados, que estaban en la sala. Recordó que el agente de inteligencia Ricardo Lardone criticaba a Menéndez por haberse quedado “con valijas llenas de dólares y no repartirlas”.

Con un pormenorizado relato de cinco horas de la sobreviviente Teresa Meschiati, dos años y tres meses secuestrada en el centro clandestino La Perla, comenzó ayer la ronda de testigos del juicio al general retirado Luciano Benjamín Menéndez y siete de sus subordinados del Destacamento de Inteligencia 141, a cargo del Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba. La testigo, de 64 años, radicada en Suiza desde su liberación, reconoció uno por uno a los imputados, detalló sus roles y alias en La Perla y aseguró que “de la tortura no se vuelve jamás”.

Menéndez & Cía. son juzgados por el secuestro, tormentos y asesinato de cuatro militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores a fines de 1977. Meschiati fue la primera de los 31 testigos previstos. A diferencia de los juicios por delitos de lesa humanidad en tribunales porteños, donde fotógrafos y camarógrafos tienen prohibido el acceso y los imputados tienen la posibilidad de mezclarse entre sus abogados y colaboradores, en Córdoba –igual que en La Plata o Corrientes– la prensa puede tomar imágenes de los represores y los testigos conocerles la cara. Recién después del reconocimiento por parte de Meschiati, el presidente del tribunal, Jaime Díaz Gaiver, autorizó a que se retiraran los tres imputados que lo solicitaron: Menéndez, el coronel retirado Hermes Rodríguez y el suboficial principal retirado Carlos Vega.

La testigo recordó haber visto “al menos dos veces” a Menéndez en La Perla. Detalló que el jefe de interrogadores era el mayor Ernesto Barreiro, preso en otra causa. Entre quienes participaban de sesiones de torturas reiteró varias veces el nombre del sargento ayudante retirado Luis Manzanelli. Sindicó al capitán retirado Jorge Exequiel Acosta como jefe de los operativos de calle y, si bien reconoció que el represor estuvo preso en octubre de 1977, aclaró que luego volvió a La Perla. De ese modo desacreditó la versión de Acosta, que aspira a demostrar que para la fecha de los secuestros estaba en otro destino. Recordó que el personal civil de inteligencia Ricardo Lardone criticaba a Menéndez por haberse quedado “con valijas llenas de dólares tras el asalto al Castillo (donde secuestraron a varios miembros de Montoneros) y no repartirlas a sus subordinados”.

Sobre Hilda Palacios, Humberto Brandalisis, Carlos Laja y Raúl Cardozo, las víctimas por las que se realiza el juicio, Meschiati dijo recordarlos aunque en aquel momento desconocía sus nombres. “Recuerdo haber visto a esos cuatro chicos. Brandalisis era el más alto, estaba la chica esa Palacio, morenita, con labios muy lindos. Tampoco supe que después habían aparecido en un enfrentamiento fraguado”, aclaró.

“De la tortura no se vuelve jamás. Es un antes y un después. Yo hace 32 años que me pregunto por qué pasó esto”, dijo Meschiati, pareja de un dirigente montonero, secuestrada el 25 de setiembre de 1976 y liberada el 28 de diciembre de 1978. “Me sentía como un pollo al spiedo. Mi cuerpo hervía cuando me sacaban de la tortura”, detalló, aunque confesó que la peor humillación la sufrió al ser exhibida desnuda ante los miembros de Gendarmería que cubrían las guardias en La Perla.

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El TOF 1 de Córdoba juzga a los ocho represores por el secuestro y asesinato de cuatro militantes del PRT.
Imagen: Télam
 
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