En el día de las reuniones, el vicepresidente Julio Cobos concretó su promocionado encuentro con gobernadores al que, como se esperaba, sólo concurrieron tres mandatarios opositores al menos en el tema retenciones: los peronistas disidentes Juan Schiaretti, de Córdoba, y Adolfo Rodríguez Saá, de San Luis, y el socialista Hermes Binner, de Santa Fe. Luego de barajar los proyectos en danza, la conclusión a la que llegaron –ecuménica– fue que la solución al entuerto sólo la puede tener el Congreso porque “allí estamos representados todos”. Por si quedaban dudas, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, expresó la disconformidad del Gobierno con la movida. “El debate hoy en día está en la Cámara de Diputados. No entendí muy bien para qué se abrió un debate en paralelo en el Senado, porque ni siquiera el Senado tiene el tema en sus manos todavía, ni siquiera sabe lo que va a tratar”, sostuvo.

La convocatoria a la reunión generó múltiples repercusiones. Los gobernadores que militan en el kirchnerismo, que primero habían dado su consentimiento a la idea del vicepresidente de encontrarse en su despacho para conversar sobre las retenciones, se bajaron apenas se enteraron de que la presidenta Cristina Kirchner no había sido puesta al tanto del motivo de la reunión. Los únicos convidados que quedaron en pie, entonces, fueron los más alejados de la Casa Rosada. El puntano Rodríguez Saá estuvo lejos desde siempre, Schiare-tti y Binner, en cambio, a partir del conflicto agropecuario.

La idea del “diálogo”, muy mentada a lo largo de los más de cien días de conflicto, fue resaltada. Schiaretti y Rodríguez Saá hicieron de voceros.

El cordobés resaltó “la importancia de que la segunda autoridad de la Argentina llame a una reunión para discutir el tema que tiene en vilo a la Argentina”. En cuanto a su situación personal, explicó que “sigo junto al peronismo en el plano político. Institucionalmente, que la provincia de Córdoba tenga una mirada diferente no quiere decir que estemos en contra del gobierno nacional”.

Rodríguez Saá no se mostró para nada de acuerdo con la posibilidad de que el Congreso ratifique el proyecto enviado por el Ejecutivo. “Si el Parlamento produce una frustración y el debate es por sí o por no va a haber un enojo de la gente y no es optimista mi mirada sobre lo que puede suceder en el tema social”, alertó.

Binner no habló en el Congreso, pero lo hizo más tarde en una radio rosarina. “Nosotros tenemos que buscar soluciones y no conflictos. Encontrarlas implica un diálogo que se tiene que dar hoy en el Parlamento y allí está la posibilidad de que todos participen y que en la votación se resuelva el conflicto”, avanzó.

Luego del encuentro con los tres gobernadores, Cobos se quedó con los diputados con los que viene preparando un proyecto propio de ley, el marplatense Daniel Katz y los mendocinos Laura Montero y Jorge Albarracín. No fue la última reunión del vicepresidente, hiperactivo en el último tramo del conflicto agropecuario, a la búsqueda de un perfil propio en el oficialismo. También se reunió con varios intendentes de provincias con producción de soja de todo el país en el Salón Eva Perón del Congreso.

Alberto Fernández fue el encargado de dar una respuesta del lado de la Casa Rosada ante las movidas de Cobos. Señaló que “hay que respetar los procesos parlamentarios, ya que el tema está hoy debatiéndose en la Cámara de Diputados” y acotó que eso le transmitió “con toda franqueza” al vicepresidente “cuando después de impulsar la reunión me comentó por qué lo había hecho”. Aclaró que mantiene “una buena relación personal con Cobos, hemos siempre hablado en términos francos. Honestamente, en lo que a mí concierne, no logro entender cuál es la utilidad práctica de estos encuentros”.