Miércoles, 30 de julio de 2008 | Hoy
EL PAíS › LULA SE VERá CON CRISTINA KIRCHNER EL LUNES, LUEGO DE LOS CRUCES EN GINEBRA
Lula llega el lunes de visita, luego de los cruces entre los cancilleres Taiana y Amorim en la Ronda de Doha. Allí, por primera vez, ambos países mostraron una posición diferente en cuestiones comerciales. Brasil negó una traición.
Por Fernando Cibeira
El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llegará el domingo a la noche a Buenos Aires para una visita de dos días a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la que acaba de surgir un tema nada cómodo para ambos: por primera vez en mucho tiempo Argentina y Brasil tuvieron un cruce en un foro internacional. Ocurrió en la reunión de la Ronda de Doha, en Ginebra, que ayer concluyó en un nuevo y sonoro fracaso. El canciller brasileño Celso Amorim saltó la tranquera durante el encuentro y se pronunció a favor de aceptar el acuerdo que proponía la Organización Mundial de Comercio (OMC), insuficiente para el G-20 que hasta ahí Brasil integraba junto a otros países en vías de desarrollo como Argentina. “Siempre sostuvimos que era necesaria una oferta más amplia y equilibrada”, puntualizó desde Ginebra el canciller Jorge Taiana. Una manera elegante de expresar que no fue Argentina la que cambió de parecer. La visita de Lula se terminó de cerrar en la reciente Cumbre del Mercosur en Tucumán, como parte del nuevo mecanismo bilateral que establece una periodicidad en los contactos entre los presidentes. El viaje del brasileño será correspondido por Cristina Kirchner, quien andará por Brasilia en septiembre.
Los viajes le venían bien a la Presidenta para retomar la agenda internacional luego del conflicto agropecuario. Lula, por lo que trascendió, estaba muy interesado en manifestarle su apoyo luego del traspié en el Congreso. En los últimos días el brasileño tuvo una agenda internacional muy activa, volviendo a dar muestras de querer ubicarse en un rol de liderazgo en la región, por encima de las ideologías y de la relación personal que pueda mantener con cada presidente. Así, la semana pasada se reunió con Hugo Chávez y Evo Morales en el Amazonas, y a los dos días estuvo con Alvaro Uribe y Alan García en Colombia.
Pero la posición de su gobierno trastabilló en Ginebra. Allí, al parecer de la delegación argentina que encabezaron Taiana y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, Brasil buscó ganar puntos con los países desarrollados pero quedó en offside. Lo que ocurrió fue que Amorim aceptó una propuesta en danza acerca del nivel de subsidios agrícolas que mantendrían los países desarrollados a cambio del cual los países emergentes debían bajar sus aranceles para productos industriales que para el grupo que integraban Argentina, India y Su-dáfrica seguía resultando inaceptable. La vieja discusión sobre los que dan poco pero piden mucho, una visión que siempre Brasil había compartido.
Dado que Brasil y Argentina son los principales socios del Mercosur que, básicamente, se trata de una unión aduanera, es casi insólito que muestren divergencias en una discusión de aranceles en un foro internacional. “Brasil no quebró ninguna solidaridad”, se vio forzado a aclarar Lula. El influyente Folha de Sao Paulo llegó a calificar la actitud brasileña de “una puñalada por la espalda a la Argentina”.
Ayer, Amorim se mostró abatido por el fracaso de la reunión en Ginebra y hasta ofreció dar un paso al costado para que sean otros quienes negocien. “Estoy muy decepcionado. Es increíble que fracasáramos por un solo asunto”, se lamentó.
Taiana estuvo más cortante que triste. “Mucho tiempo antes de la reunión desde la Argentina veníamos señalando pública y reservadamente que no era sencillo alcanzar un acuerdo, que varios aspectos de los borradores no estaban equilibrados y que había por parte de los países desarrollados muy poca disposición a hacer concesiones”, respondió.
Con todo, en la Cancillería argentina sostenían que el problema no influiría en el vínculo bilateral, aunque lo más probable es que Cristina Kirchner y Lula conversen sobre el asunto. “Es muy importante y muy reciente como para que no figure en la agenda”, sostenían en el Palacio San Martín.
El presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, llegará hoy a la Argentina y se reunirá a las 19.30 con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. También tendrá encuentros con representantes de la colectividad de su país. La Presidenta le retribuirá la cortesía y asistirá a la asunción de Lugo el 15 de agosto, según informaron en la Casa Rosada. En ese viaje dejará al vicepresidente Julio Cobos a cargo interinamente de la Presidencia por primera vez desde que emitió su voto “no positivo” y le provocó una derrota en el Senado al Gobierno. Lugo es un obispo que fue suspendido en sus funciones episcopales por el Vaticano y fue uno de los referentes de la Teología de la Liberación. En abril de este año, terminó en las elecciones pasadas con 61 años de dinastía del Partido Colorado en Paraguay. Durante su visita a la Argentina le ratificará a Fernández de Kirchner la invitación para asistir al acto de su asunción, que la mandataria aceptará.
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