Después de algunas discusiones, la invitación también le llegó a Eduardo Buzzi. Hasta el comienzo del conflicto con el campo privilegiado, el presidente de la Federación Agraria era parte del armado político que diseñaba un espacio para agricultores familiares y pequeños productores en el corazón del Gobierno. Muchos meses después, Buzzi se quedó fuera del espacio, ese ámbito se delineó y ayer se inauguró oficialmente en la localidad bonaerense de Moreno. El secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, presentó la nueva Subsecretaría de Desarrollo y Agricultura Familiar acompañado por unos tres mil productores campesinos e indígenas del interior del país. A pesar de la invitación, Buzzi no estuvo presente. Pasó la presidenta Cristina Fernández, el gobernador bonaerense Daniel Scioli y técnicos de varias provincias.

A las cuatro de la tarde, tres largos cordones de productores terminaban de acomodar sus puestos con quesos, semillas, telares y una variedad de papas en el piso más alto de un inmenso polideportivo sindical. En un costado, Juan Livera se las arreglaba para sacarle agua a un pequeño estanque con la ayuda de una rueda y una correa. La bomba de soga, les explicó a los que pasaron por el puesto, es ideal para los lugares sin agua porque puede funcionar en seco o bombear con arena o barro. Apenas lo vieron, dos integrantes de la comunidad koya-guaraní jujeña abrieron los ojos bien grandes. En su comunidad Jasy Endy Guasu viven cuarenta familias que ahora van a buscar agua en bicicletas o a caballo a 25 kilómetros de distancia. No tienen luz, hasta septiembre tampoco tenían la posesión de las tierras y aún no tienen dinero para hacer un pozo de más de cien metros y extraer el agua.

–Y esto –le preguntaron–, ¿en la realidad cómo funciona?

En la realidad, al encuentro de ayer llegaron muchos productores como ellos. El área de Cheppi que funciona desde hace tres meses los convocó a dos jornadas de trabajo. En medio del conflicto con el campo, la Subsecretaría de Agricultura Familiar se convirtió en el modelo de desarrollo agrícola que impulsa el Gobierno, a dónde llegan demandas de un sector que tiene diez, veinte y treinta hectáreas de tierra trabajadas de forma sustentable.

“La creación de esta subsecretaría es parte de un proceso de muchos años”, dijo Cheppi cuando arrancó el encuentro. En este momento encontró el apoyo político para lanzarla y con ella contribuir a ayudar a los productores que viven de sus chacras y de su trabajo y necesitan del apoyo del Estado para progresar.

Para el seminario intensivo, la secretaría convocó a los actores involucrados en la pequeña producción: representantes de las comunidades de campesinos e indígenas, técnicos y funcionarios políticos. A lo largo de los dos días, cada uno de ellos se disponía a discutir en talleres las políticas y líneas de acción.

La fuerza de Cheppi y el consenso que tendrá de acá en adelante la subsecretaría está basado, de hecho, en el nivel de aceptación y de adhesión que logre entre las comunidades del campo. Esa es una de las tareas que tendrá en manos el Foro de Agricultura Familiar, uno de los pilares de la subsecretaría, pensado como un espacio de discusión política pero un espacio que nació hace tiempo y que hasta el lockout de las corporaciones agropecuarias tuvo una presencia fuerte de la Federación Agraria. Desde marzo ese espacio se está redefiniendo. Nuclea a más de 900 organizaciones del país, con el buzzismo afuera, y la dinámica de su funcionamiento ahora será clave.

“El Foro se consolida en la organización de los pequeños productores del país –dijo el secretario– y es una apuesta para contener a todas las organizaciones, todos los pequeños productores”. Con un pie en el futuro inmediato por la crisis internacional, Cheppi dijo que este “es el mejor momento para tener disponibilidad de recursos por los coletazos para contener a la gente que más lo necesita en el campo que son ustedes”.

Hasta ahí la intervención de Cheppi. Quien fue más directo sobre el conflicto con el otro campo, fue su segundo, Guillermo Martini, a cargo de la Subsecretaría de Agricultura Familiar y quien tiene en manos el encuentro. “Ustedes no son un número –dijo–, sino personas que tienen una relación especial con la tierra, con una perspectiva ligada íntimamente al pasado y futuro distinto al otro campo que es el que está en la picota que ve como único aspecto obtener la mayor renta posible sin pensar en el compromiso con todo lo demás”.