Una ciudad pequeña, donde todavía se puede dejar la bicicleta sin candado o salir de casa sin ponerle llave a la puerta, se ha convertido en la urbe con mejor calidad de vida del país. Punta Alta queda cerca de Bahía Blanca y tiene 60 mil habitantes. No hay villas ni asentamientos. Y según un estudio del Conicet basado en el Censo 2001, allí se registran los mejores promedios en educación, salud, vivienda, medio ambiente y baja mortalidad infantil. La ciudad de Buenos Aires quedó quinta, después de Monte Hermoso (también en Buenos Aires), Luis Piedrabuena (Santa Cruz) y Río Grande (Tierra del Fuego).

“No estábamos enterados del trabajo del Conicet, pero nos sentimos halagados”, reconoció Néstor Starc, el intendente de Coronel Rosales, cuya cabecera es Punta Alta. El funcionario enumeró entre las ventajas de esa localidad la cantidad de establecimientos educativos (1086) y también lo hecho en materia de salud. “Contamos con una excelente cobertura en el sector público y podemos decir que más del 75 por ciento de la población cuenta con cobertura social, y tenemos una baja mortalidad infantil”, detalló.

Según Starc, en Punta Alta, “el 97 por ciento de la población cuenta con energía eléctrica y no existen villas ni asentamientos periféricos y que la inseguridad registra índices mínimos. En materia de seguridad ambiental no hay problemas por cuanto no hay grandes empresas en la jurisdicción”. Su par de Monte Hermoso, Alejandro Dichiara, no se quedó atrás. “Esto nos obliga incluso a cambiar la estrategia publicitaria de promoción del balneario”, enfatizó ayer. “Ahora, además del conocido slogan ‘La playa donde el sol nace y se esconde en el mar’, Monte Hermoso será conocida también como ‘La ciudad con mejor calidad de vida del país’”, aseguró, aunque su ciudad salió segunda.

El ranking surgió del libro Geografía y bienestar. Situación local de la Argentina luego del Censo de 2001, publicado por Eudeba y a cargo del geógrafo tandilense Guillermo Angel Velázquez. Su autor se ha encargado de aclarar que, más allá de las variables antes mencionadas, el concepto de calidad de vida surge de tener en cuenta lo que “la mayoría de la sociedad considera necesario de acuerdo con una escala de valores promedio”. Las diez mejores ciudades están en las provincias de Buenos Aires, Santa Cruz y Tierra del Fuego mientras que las últimas se concentran en Jujuy, Salta, Chaco y Formosa.

El objeto de este libro es determinar los resultados del proceso de fragmentación sufrido por la sociedad y expresado en el territorio nacional durante los últimos treinta años y específicamente en el período intercensal entre 1991 y 2001. Su autor demuestra las asimetrías argentinas a partir de la elaboración de un índice que incorpora las dimensiones socioeconómicas y ambientales más significativas del bienestar. Esto pone en evidencia la desventaja de las provincias del noroeste y noreste del país, proveedoras históricas de mano de obra, ante las demás regiones.

En Jujuy, Salta, Chaco y Formosa más del 80 por ciento de la población no tiene obra social y la mitad no completó siquiera sus estudios primarios. En ciudades salteñas como General Mosconi y Santa Victoria, en los últimos lugares de la lista, el 90 por ciento de las casas carece de inodoros y las condiciones de hacinamiento son alarmantes.