Lunes, 24 de noviembre de 2008 | Hoy
La Agencia de Control que maneja Federico Young –conocido por sus seminarios con Cecilia Pando– contrató a catorce gendarmes y militares retirados como inspectores o administrativos. Su superior, el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, también le dio trabajo a Maximiliano Puccio, hijo del ex comandante de Gendarmería, Roberto Puccio, un hombre de fluidos contactos en la época del menemismo. Quedan algunas dudas sobre otras contrataciones en la gestión PRO que provendrían de la gran familia menemista. ¿Es cierto que Young tiene contratado a Hernán Corach, hijo de Carlos Corach, el ex ministro del Interior de Carlos Menem? ¿Es verdad que también trabajan en Defensa del Consumidor Matías Anzorreguy, hijo del ex jefe de la SIDE menemista, Hugo Anzorreguy, y Gabriel Hernández, hijo del secretario privado de Menem, Ramón Hernández?
El senador sanjuanino César Gioja recurrió a un viejo apotegma partidario para explicar la dualidad que al peronismo le permitió primero crear las AFJP y, 14 años después, extenderles el certificado de defunción. “En mis tiempos de militancia, en la JP (RA) cantábamos ‘peronistas, ni yanquis ni marxistas’”, dijo el veterano legislador, durante la sesión del Senado que puso fin a las jubilaciones privadas. “Se cayó el Muro de Berlín y el esquema comunista. Llegó la preeminencia del sistema capitalista y algunos compramos esa idea”, continuó Gioja, justificando la puesta en marcha del sistema de capitalización durante el menemato. “Este año se cayó el muro de Wall Street”, agregó el sanjuanino para cerrar la parábola y defender el regreso a manos del Estado de todo el sistema previsional. Para Gioja, fue toda una demostración del triunfo de la doctrina peronista de la “tercera posición”. Para sus detractores, “una veleta” que se adapta a los vientos políticos.
–Ya parezco Saadi en el debate con Caputo –comentó Gabriela Cerruti, mientras revolvía papeles para hacerle una pregunta a la ministra de Desarrollo Social porteña, María Eugenia Vidal.
–No terminemos en las nubes de Ubeda –se sumó el macrista Alvaro González, quien se confundió y le dijo “diputada” a Vidal. Luego, para compensar, llamó “jefe de gobierno” a Aníbal Ibarra. La reunión por el presupuesto 2009 luego pasó del chiste a las chicanas. El legislador de la CTA, Martín Hourest, mencionó que el ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, había sugerido utilizar, en lugar del IPC del Indec, el Indice de Precios Implícitos (IPI), que se calcula en base a PBI, por lo que incluye la actividad industrial. “Tenemos un problema, que es que los sectores populares se niegan a comer caño retorcido, que es uno de los índices industriales que mide el IPI”, ironizó Hourest.
Mauricio Macri abrió hace poco más de una semana la inscripción para la Policía Metropolitana, la fuerza de seguridad propia que piensa poner a patrullar por las calles porteñas a fines del año que viene. Las críticas frente a la nueva iniciativa de la administración macrista se multiplican, pero hubo una en particular que llamó la atención. Días atrás, la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura recibió una denuncia según la cual el escudo que el jefe de gobierno eligió para identificar a la nueva policía local es similar al de las SS de Adolf Hitler. Las SS tenían por símbolo un águila y, en efecto, el escudo de la Policía Metropolitana incluye a ese mismo animal. Las similitudes entre uno y otro dependen, sin embargo, de la imaginación de quien los mire.
Con la intención de volver a sumar huestes, los ruralistas autoconvocados organizaron un piquete en Azul, en el cruce de las rutas 3 y 226, el miércoles pasado. Los dirigentes esperaban amplia participación, pero apenas se vieron varias 4x4. Para los organizadores hubo unas 300 personas. Pero otras fuentes disintieron: “Ya desde la media mañana se daban excusas como que ‘había muchos productores levantando la cosecha’ o que ‘el día era laborable y muchos no habían podido dejar sus actividades’. Cerca del mediodía, con la ruta cortada, el intendente (Omar) Duclós no llegaba hasta que advirtió a los organizadores que, si no levantaban el corte de ruta, él se iría a su casa”, contaron los Jóvenes Cacharienses en su blog (jovenescacharienses.blogspot.com). Después, sí, hubo un moderado acto que incluyó la palabra del mediático Alfredo De Angeli, molesto con “los miles de productores que aflojaron en la lucha”. La decisión fue volver a cortar las rutas el 10 de diciembre.
La desconcentración del acto de homenaje al histórico abrazo entre Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín fue complicada. El miércoles pasado, el Salón Azul del Congreso estaba repleto de duhaldistas y menemistas, radicales y hasta algunos macristas. Al finalizar el encuentro opositor, en la avenida Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen se congregaron varios referentes en busca de algún taxi que los llevara a destino. El ex embajador en Estados Unidos, José Octavio Bordón, estaba de traje oscuro, camisa blanca y corbata rosada. Levantó la pierna derecha para subirse a una moto, como acompañante. El piloto se colocó el casco, pero antes de arrancar el ex diplomático recibió un comentario burlón sobre su vehículo, que no era precisamente uno de esos fastuosos autos que corresponden a las embajadas. “Bueno, de alguna manera hay que llegar”, respondió sonriente.
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