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Los altos mandos del kirchnerismo siguieron desde Buenos Aires, por televisión y por teléfono, las alternativas del viaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Cuba. Ayer se mostraban satisfechos por los resultados, los que veían como una consecuencia lógica de las posiciones tomadas por la Argentina y de la eficacia de un largo y silencioso trabajo diplomático, encabezado por el canciller Jorge Taiana.

Desde el Gobierno intentaron salir al cruce de críticas de sectores de la oposición que atribuyeron a la fortuna la entrevista de la Presidenta con Fidel Castro y que él la hubiera elegido para dar a conocer su opinión sobre Barack Obama.

El hecho hizo que el nombre de CFK estuviera ayer en todos los diarios del mundo y esto –para más de un funcionario que dialogó con Página/12– “no es casualidad”, sino “producto de la conducta de la Presidenta” y de “un trabajo perseverante de la Cancillería”.

Se sabe que Fidel Castro selecciona con cuidado a qué jefes de Estado recibe, selección que se hizo más rigurosa por su estado de salud. En los últimos tres meses sólo lo pudieron ver el presidente chino, Hu Xintao (con quien apareció por última vez en una foto, en noviembre pasado), su colega ruso Dimitri Medvedev y ahora la mandataria argentina. En ese lapso, varios presidentes viajaron a Cuba pero tuvieron que contentarse con hablar con Raúl Castro.

Después de la reunión que mantuvo anteayer con Fidel Castro, la Presidenta pudo dar dos datos centrales, que evidentemente el anfitrión quiso que se supieran por boca de ella. Uno se refirió a su estado de salud (“lo vi muy bien”, dijo CFK) y el otro fue la visión de Castro sobre el nuevo presidente de Estados Unidos: “Es un hombre sincero (...) Tiene muy buenas ideas, ojalá que las pueda llevar adelante”. Más tarde, la Presidenta remarcó: “Tuvimos la misma percepción”.

En el Gobierno también destacaban ayer la columna que escribió Castro en el diario cubano Gramma en el que cubrió de elogios a la Presidenta (ver aparte).

“Si todo esto a alguien puede parecerle fruto de la casualidad, es que no entiende nada de política internacional”, remató uno de los funcionarios consultados por este diario, que minutos antes había captado personalmente en Olivos la satisfacción de Néstor Kirchner por el resultado del viaje de su esposa a Cuba.