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Los dueños se borraron y entraron los trabajadores

Una metalúrgica cuyos dueños desaparecieron hace diez meses sin pagar los salarios fue ocupada por los trabajadores. La empresa no estaba en quiebra ni en convocatoria de acreedores.

A las 10, cuando ya se habían reunido más de 100 personas frente a la fábrica, alguien dijo “vamos adentro” y los trabajadores comenzaron a trepar los dos metros que mide el portón de la entrada principal. Pero mientras la mayoría se aprestaba para la pequeña escalada, uno de los más viejos probó de empujar una puerta lateral, que se abrió sin ningún esfuerzo. Riéndose acerca de lo sucedido, como si no hubiesen pasado por 10 meses de lucha, los obreros de la metalúrgica Acrometálica tomaron la planta para hacerse cargo de la producción. A pesar de que el movimiento de empresas recuperadas ya suma a más de 120 firmas de todo el país, el caso de ayer tuvo una particularidad. “Es la primera vez que se ocupa un establecimiento que no está en quiebra ni en convocatoria de acreedores”, declaró Diego Kravetz, abogado de los trabajadores.
“Treinta y tres familias con hambre gracias a estos negreros.” La frase está pintada en el frente de Acrometálica, la fábrica de andamios y estructuras metálicas para la construcción, que queda en el kilómetro 42 de la ruta 36, Berazategui. “Primero comenzaron adeudando parte del salario, en diciembre del año pasado se dejó de pagar los sueldos y un mes después la patronal desapareció”, explicó ayer Kravetz, antes de la ocupación. Frente a la falta de respuestas, buena parte de los 50 empleados ocuparon el predio en enero, para reclamar el dinero adeudado. Pero luego de arduas negociaciones, la policía finalmente desalojó el lugar en junio, por orden del fiscal de la causa. En esa oportunidad, durante la noche, aproximadamente 125 efectivos sacaron del lugar a una guardia mínima de 5 operarios.
“A partir de ese momento resistimos afuera de la fábrica, hicimos turnos para vigilar que el dueño (Eduardo Nascimento) no se llevara las máquinas”, contó Jorge Rodríguez, el delegado de la fábrica. Y agregó –señalando la ruta– que “sobrevivimos gracias a la limosna que nos daba la gente que pasaba por acá”. Ayer se podía ver frente al portón de entrada el destartalado micro escolar donde los obreros durmieron y cocinaron por más de cinco meses. Y todavía quedaban restos de gomas quemadas que se utilizaron para impedir la entrada o salida de vehículos al lugar.
Los trabajadores realizaron la toma con el apoyo de las asambleas de Parque Avellaneda y de Quilmes, y numerosos integrantes del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER). Luego de entrar los obreros “se reencontraron” con los inmensos galpones de la planta –que llegó a ser una de las más importantes de su rubro– que todavía conserva sus enormes y antiguas maquinarias. A esa altura, casi media docena de camionetas de la Policía Provincial ya había llegado a la puerta de Acrometálica. Tras hablar con los líderes de la toma, los efectivos quedaron esperando la visita del fiscal. Poco después, en lo que fue el comedor de la empresa, ubicado en el primer piso del edificio vacío, se realizó una asamblea para evaluar los próximos pasos a tomar.
“Los empresarios de nuestro país demostraron que no tienen ninguna conciencia nacional y que ni siquiera son lo suficientemente responsables como para poseer los medios de producción”, afirmó ante los obreros Eduardo Murúa, cooperativista de IMPA, e integrante del MNER. Por su parte, Francisco “Barba” Gutiérrez, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica de Quilmes y diputado del Polo Social, recordó: “Primero tomamos empresas en quiebra, luego tomamos empresas en convocatoria de acreedoras, y ésta es la primera vez que ocupamos una firma donde la patronal les debe salarios a sus empleados pero mantiene firme su relación de propiedad”, afirmó . Y agregó que “justamente por eso es una situación complicada”. Lo cierto es que para los abogados del MNER, el caso podría marcar un precedente para otras empresas en la misma situación. “La solución en estos casos consistiría en que la Justicia declare que los empresarios no tienen intención de producir (lock out patronal ofensivo) ni pagar los salarios adeudados”, explicó luego el abogado Luis Caro. Entre los participantes de la asamblea había muchos trabajadores de lazona que, ante la huida de sus patrones, se vieron obligados a “hacerse cargo del muerto”. Una vez que terminó el plenario, mientras se dirigían al patio de la empresa, algunos asambleístas se detuvieron a observar una placa conmemorativa, que todavía se sostenía en una de las paredes desnudas: “1950-1981. Al cumplirse los 31 años de la empresa, los trabajadores saludan a los pioneros que soñaron con esta realidad”.
Informe: Alejandro Gaggero.

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Los obreros de Acrometálica que hacen funcionar la fábrica.
Estaba parada desde hace diez meses, aunque no estaba en quiebra.
 
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