“Vamos a apoyar al Gobierno estemos o no estemos en las listas”, dijo Luis D’Elía desde el palco instalado sobre la Avenida de Mayo, y la manifestación lo respaldó con gritos y redoblantes. D’Elía esperó a que el festejo se apagara casi del todo para hacer un agregado: “Pero que no se abusen de nuestra nobleza –apuntó–, que no se abusen de nuestra generosidad. No queremos listas blancas y marketineras, queremos pueblo, queremos morochos en nuestras listas, morochos que nos representen”. Así, tras encabezar una marcha que cruzó la Capital desde Liniers a Plaza de Mayo, el dirigente de la Federación de Tierra y Vivienda le reclamó al Gobierno que abra las boletas del oficialismo a los movimientos sociales, para tener “representantes como los tienen la CGT y el PJ”.

Reeditando las viejas marchas piqueteras de fines de los ’90, la movilización partió de las avenidas Rivadavia y General Paz para caminar 12 kilómetros hasta la Casa Rosada. En realidad, esta vez fueron unos metros menos, porque los militantes no llegaron hasta la Plaza de Mayo, sino que se detuvieron media cuadra antes para hacer el acto frente a la macrista Jefatura de Gobierno porteño.

Las columnas estuvieron compuestas casi enteramente por desocupados del conurbano. En la cabecera, desde un camión con un potente equipo de audio un animador arengó la caminata. “No vinimos por el chori, no vinimos por el plan, vinimos por un proyecto nacional y popular”, fue una de las consignas más cantadas. Los organizadores calcularon en 50 mil el número de personas que se movilizaron, aunque el cálculo policial resultó bastante menor.

En su trayecto, la marcha encontró un recibimiento frío de la clase media, especialmente en la zona más acomodada de Acoyte y Rivadavia, donde las galerías comerciales bajaron sus rejas y la mayoría de los negocios sus persianas metálicas. Quizás a modo de devolución irónica, tal vez sólo por una simple coincidencia, desde poco antes en el camión habían puesto a sonar la cumbia “Ahí vienen los negros”. Otro cantito de los manifestantes: “Y llora llora la puta oligarquía / porque nosotros lo tenemos a D’Elía”.

Al hablar en el acto de cierre de la jornada, el dirigente confirmó que el día previo se había reunido con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, para discutir el reclamo electoral. “Le pedí que haya representación en las listas nacionales, provinciales y municipales”, señaló. Aunque no lo dijo, se sabe que D’Elía pretende para su sector una candidatura a diputado nacional entre el puesto uno y diez (que ocuparía él mismo), dos diputados provinciales y treinta concejales. Randazzo lo escuchó sin adelantarle una respuesta.

El matancero había intentado tener esa reunión directamente con Néstor Kirchner, pero debió conformarse con ser recibido por el ministro, quien le dijo que el ex presidente estaba muy molesto por sus declaraciones públicas para presionar por las candidaturas. D’Elía, al quejarse por sentirse ninguneado en las listas, había declarado sobre Kirchner: “Tengo las bolas por el piso de tanto maltrato”.

Ayer, durante el transcurso de la marcha, que duró casi cinco horas, el dirigente hizo gestiones para ser recibido en la Casa Rosada por la Presidenta. Tampoco tuvo suerte. Le dijeron que Cristina Fernández no estaba, según contaron allegados al dirigente piquetero.

Entre los nombres impulsados por el sector como posibles candidatos figuran el de la esposa de D’Elía, Alicia Sánchez, secretaria de la Mujer de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV); el dirigente del Movimiento Octubres, Gastón Harispe, y el diputado provincial Juan José Cantiello.

La FTV, la agrupación Segundo Centenario, de Hernán Lechter, el Movimiento Octubres, el 26 de Julio, 7 de Marzo y la Central de Movimientos Populares que los reúne fueron algunas de las organizaciones que integraron la marcha.

La defensa de la gestión kirchnerista estuvo en todos los discursos del día. Gastón Harispe sostuvo que el Gobierno “es el mejor que hemos tenido en los últimos cincuenta años” y, en general, ése fue el tono de las declaraciones. Los volantes preparados por los organizadores tuvieron como consigna “Con Cristina y Néstor sin dudas” y su texto sostenía que la marcha se hacía “para ratifi- car el rumbo antiliberal” del Gobierno.

Como era de esperar, la oposición se llevó todas las críticas. “Le decimos a la derecha conspiradora que si llegara a imponer a Cobos, el pueblo va a hacer tronar el escarmiento. Vamos a ser protagonistas en las calles, en los pueblos y en las ciudades de toda Argentina”, aseguró el titular de la FTV.

También hubo un párrafo para Francisco de Narváez, cuestionado porque “en cuatro años como diputado no presentó un solo proyecto sobre seguridad y sólo presentó 29 proyectos, de los cuales 20 fueron de declaración. En cuatro años habló apenas cuatro veces en la Cámara, ¿para qué quiere ser diputado?”.

Al terminar el día, voceros de la Justicia Contravencional informaron que se abrió una causa por los cortes de calles. La denuncia imputó a D’Elía como titular de la Central de Movimientos Populares en su calidad de “organizador” de la manifestación, aunque los voceros judiciales no descartaron que las acusaciones se extiendan a otros referentes de las agrupaciones que se movilizaron con él.