Jueves, 25 de junio de 2009 | Hoy
EL PAíS › EL PAPEL DEL ESTADO QUEDó EN EL CENTRO DEL DEBATE POLíTICO EN EL FINAL DE LA CAMPAñA ELECTORAL
De Narváez sostuvo que YPF, Edenor, Edesur y Metrogas deberían ser estatales. Michetti confesó estar “sorprendida” con la propuesta, que va en contra de lo que dijeron Macri y el propio De Narváez la semana pasada. Críticas de la Presidenta y de Kirchner.
Por Werner Pertot
A pesar de que en 2003 apoyó al ex presidente que hizo todas esas privatizaciones, Francisco de Narváez sostuvo que “YPF, Edenor, Edesur y Metrogas deberían ser estatales”. La declaración chocó de frente con la de su socio Mauricio Macri, quien en las últimas semanas se mostró a favor de volver a privatizar las jubilaciones, AySA y Aerolíneas Argentinas. La nueva definición causó estupor en el PRO y dejó descolocada a la ex vicejefa Gabriela Michetti, que atinó a decir que estaba “sorprendida”. Otro sector del macrismo, en cambio, intentó plantear que Macri y De Narváez “están diciendo lo mismo”. El oficialismo no esperó un minuto para responderle: la presidenta Cristina Kirchner indicó que “es muy difícil pasar de blanco a negro en siete días”, mientras que el ex presidente Néstor Kirchner aseguró que su rival “está desesperado porque sabe que pierde”.
En 2003, el empresario respaldó con algo más que su presencia la candidatura presidencial de Carlos Menem, autor de las privatizaciones de YPF y de las empresas de servicio de energía, agua y gas. Inmune al principio de contradicción, De Narváez sostuvo en esta campaña que Menem “habría sido un mejor presidente que Kirchner” y luego se mostró a favor de dar marcha atrás con las privatizaciones que fueron el sello de su gobierno en los noventa. “Hay que tener servicios sociales de calidad y eso lo tiene que garantizar el Estado”, estimó el empresario, luego de que Claudia Rucci, cuarta candidata en su lista, publicitaria su desacuerdo con Macri y afirmara que está a favor de estatizar los ferrocarriles y las empresas telefónicas. En la entrevista de ayer al diario Clarín, De Narváez fue más allá: sostuvo que deberían ser estatales “las empresas que brindan servicios públicos: el agua, la distribución de energía, indudablemente la del transporte”. Es decir, Edesur, Edenor, YPF, Metrogas y los ferrocarriles.
En el búnker de De Narváez en Las Cañitas recordaban que fue Macri quien introdujo el tema de las privatizaciones en la campaña, por fuera de los planes del Colorado. “Veníamos perfecto por la ruta, alguien pegó el volantazo a la derecha y nosotros tuvimos que pegar uno a la izquierda para no irnos por el barranco”, describían en el entorno del empresario.
“Los de PRO son más liberales, nosotros somos más peronistas”, estimaban. Quien se mostró más que feliz con el revival nac&pop de De Narváez fue su aliado Felipe Solá. “Creo que él es capaz de ver las cosas con una mirada desprejuiciada. No creo que tenga una mirada pro estatizante o pro privatizadora, creo que haría lo conveniente en el momento”, lo respaldó el ex gobernador en declaraciones radiales.
De Narváez compartió ayer una caminata con Macri por San Nicolás. Tuvieron todo el viaje de ida y vuelta en el jet privado del candidato de Unión-PRO para conversar sus diferencias. “Hemos visto empresas públicas que funcionan bien y empresas privadas que funcionan bien”, dijo luego De Narváez, salomónico. E insistió en que concuerdan con Macri en las críticas a la estatización de Aerolíneas Argentinas.
“Fue un error plantear la discusión de las privatizaciones o estatizaciones cuando no es tema de fondo de la economía”, intentó esquivar Michetti las preguntas que la asediaron ayer. La candidata primero se mostró “sorprendida de que esté tan resaltada esta cuestión” por De Narváez. “Creo que el modelo ideal es que el Estado controle y regule los servicios públicos, pero la operación debería estar a cargo de empresas privadas”, insistió la ex vicejefa.
“Se ha puesto como un tema central de la campaña el tema de privatización y estatización, además ligando esto con los modelos liberales de los noventa versus el kirchnerismo”, se quejó Michetti. En su comando de campaña echaban fuego. “Nos descolocó mucho esto que dijo el Colorado. Gabriela no avaló sus estupideces. Lo cuidamos, pero él no nos cuida a nosotros”, destilaba ira un dirigente PRO. “Durán Barba está diciendo que se fue de libreto. Hay una desproporción en lo que dijo que no calcula los riesgos. Esto les va a costar en la provincia. Si la intención era captar un voto peronista, se equivocaron: a esta altura nadie le va creer a De Narváez que es estatista”, se lamentaba.
Otro sector del macrismo bonaerense intentó conciliar. “A mí me parece que la discusión no es público o privado. Es hacer las cosas bien o mal. Si el modelo de lo público es Petrobras, adherimos todos; si es Aerolíneas, lo rechazamos todos: Francisco, Mauricio y yo”, planteó el candidato de Unión-PRO a diputado provincial Jorge Macri a Página/12.
–¿Usted dice que su primo Macri ahora apoya las estatizaciones? –preguntó este diario.
–No dije eso. Yo estuve hoy con Mauricio. Y lo que decimos es esto: distraer un Estado en una aerolínea cuando debería ocuparse de la salud, la educación y la seguridad es algo, por lo menos, opinable.
El kirchnerismo volvió a hacerse una fiesta con las declaraciones de De Narváez, quien también recibió críticas del Acuerdo Cívico y Social (ver recuadro). “Falta que prometan el salariazo”, ironizó el gobernador Daniel Scioli. “Como se dan cuenta el rechazo que tuvo la ola privatizadora que estaban impulsando, ahora salen a hablar que hay que estatizar todo. Son manotazos, es ‘a ver cómo quedamos mejor’”, estimó.
“De Narváez salió a apoyar primero lo que decía Macri y ahora está desesperado y dice lo contrario porque sabe que pierde”, lo chuceó el ex presidente Kirchner. Por la noche, en un acto, la presidenta Cristina Kirchner consideró que el cambio abrupto de parecer de De Narváez sobre una cuestión central “le resta seriedad a cualquier discusión y debate”.
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