Jueves, 16 de julio de 2009 | Hoy
EL PAíS › RENUNCIó A LA SIGEN VALERIA LOIRA, ESPOSA DEL TITULAR DE LA ANSES
Desde la designación de Diego Bossio en la Anses, la permanencia de Loira como síndica general adjunta había levantado críticas y hasta una denuncia. Explicó que renunciaba para evitarle cuestionamientos a su marido.
Valeria Loira, la esposa del recientemente designado titular de la Anses Diego Bossio, renunció a su cargo como síndica general adjunta de la Nación para evitar cuestionamientos, dado que la Sigen es organismo de control del manejo de los fondos del sistema jubilatorio. Loira es una abogada que fue asesora de Cristina Kirchner en el Senado. Ayer le llevó personalmente su dimisión a la Presidenta, que ella aceptó.
La superposición de funciones ya había sido denunciada ante la Justicia con un escrito que recayó en la fiscalía federal de Jorge Di Lello y el juzgado de Norberto Oyarbide. Desde el punto de vista estrictamente legal no había una situación de incompatibilidad obligada, ya que Loira podía excusarse de actuar en lo referido a la gestión de su marido. Sin embargo, la funcionaria consideró que era más conveniente dejar el cargo para evitar que él sufriera “cualquier tipo de cuestionamiento que pudiera perjudicar su actuación”.
La salida de Loira de la Sigen debe interpretarse también como un gesto político del Gobierno en momentos en que está iniciando el diálogo con la oposición. En los inicios del kirchnerismo hubo un caso similar que no se resolvió, sin embargo, de la misma expeditiva manera: fue el del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y su mujer, Alessandra Minnicelli, que había sido nombrada en junio de 2003 como síndica general adjunta del organismo.
Aquella superposición generó numerosos cuestionamientos, pese a los cuales Minnicelli no renunció a su cargo sino hasta el año 2007, casi al final del mandato de Néstor Kirchner. Sobre este caso, la Oficina Anticorrupción resolvió que la funcionaria sólo debía abstenerse de intervenir en las cuestiones concernientes al área de actuación de su esposo.
Esa Resolución 104 del 8 de octubre de 2003 fue recordada por Loira en la carta de renuncia que ayer elevó a la Presidenta. En el texto, también cuestionó el enfoque de los medios de comunicación. “La paradoja es que el control interno es noticia y es elogiada la labor de la Sindicatura General cuando detecta actos desviados, cuando en realidad debería ser elogiada por lo que no sucede. En general, se podría decir que en la medida en que se descubran incumplimientos e incorrecciones, esto no significa un dato de éxito sino un signo de fracaso”, planteó.
Loria había asumido en febrero de 2008. En la Sigen, que funciona con un síndico titular y tres suplentes, ocupaba una de las adjuntías. Por eso en la carta aclaró que “los síndicos generales adjuntos sólo sustituyen” al síndico general “en caso de ausencia, licencia o impedimento”, ya que la ley “no les atribuye una competencia funcional directa respecto del sector público”. Por otra parte, Loira estaba con licencia por embarazo, ya que espera al primer hijo de la pareja.
En la presentación ante la Justicia realizada por el abogado Ricardo Monner Sans, había argumentado que un funcionario está impedido de asumir cuando quien debe controlarlo es un familiar, “sea cónyuge, pariente hasta el cuarto grado de cosanguinidad”. Planteó además que “la relación de parentesco de los miembros de los organismos de control con personas relacionadas con la gestión de las áreas sometidas al control obsta a la independencia, la objetividad, la prevención de conflictos de intereses y la transparencia en general”.
La dimisión de Loira no fue inmediata al nombramiento de su marido en la Anses. En realidad, ante los primeros cuestionamientos Bossio había sostenido que el tema le parecía “menor” y que no existía una situación de incompatibilidad. “Creo en los controles concomitantes y voy a estar sujeto a la ley, que es lo que corresponde”, dijo entonces, al recordar que además de la Sigen existe una comisión bicameral del Congreso encargada de controlar el manejo del Fondo de Garantía Social que se creó a partir del cierre de las AFJP. El día de su jura se permitió una broma no muy feliz: “Mi esposa sabe controlarme y lo hará bien”.
Los fondos en cuestión suman más de 100 mil millones de pesos, y su administración es uno de los puntos de cruce frecuentes entre el gobierno y la oposición.
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