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Aparo Construcciones es una empresa que viene recibiendo una buena cantidad de contrataciones directas del gobierno de Mauricio Macri para villas y escuelas. El presidente de la comisión de Vivienda de la Legislatura, Facundo Di Filippo, denunció los incumplimientos en esas obras de gas y cloacas. “Pero Aparo demostró tener vínculos políticos muy fuertes, que se ven en la casualidad de tener un abogado de su firma trabajando en la Legislatura para un diputado del PRO”, señaló Di Filippo, en referencia a Fernando de Andreis, quien encabezó la lista de legisladores de PRO en la última elección. Rubén Octavio Calderón, asesor en Vivienda de De Andreis, reconoció ante Página/12 que es abogado de Aparo, pero se desdijo cuando cayó en la cuenta que hablaba con este diario. Finalmente, terminó por revelar que asesora informalmente al dueño de esa empresa. “Estoy y no estoy”, afirmó.

De Andreis conoce al jefe de Gobierno porteño desde chico. Se crió con el segundo esposo de su madre, el automovilista Juan Manuel Bordeau. Por eso, considera como hermana a Ivone Bordeau, la primera esposa de Macri, con quien tuvo sus hijos. “Es medio sobrino de Macri”, simplifican en los pasillos de la Legislatura. Calderón aparece en su página web de legislador como “asesor en la Comisión de Vivienda”. Aunque en el PRO lo vinculan a la dirigente del comedor Los Piletones Margarita Barrientos, en la página web no se detallan más datos del asesor macrista, ni se menciona su relación con Pablo Gustavo Aparo. Este diario marcó el celular de Calderón para averiguar más y...

–Hola.

–Hola, ¿hablo con el abogado de Aparo Construcciones?

–Eeeeh. Sí.

–Hablo de Página/12. ¿Sigue asesorando a De Andreis en Vivienda?

–Eeeeeh. En realidad, yo no soy... Sí, pero no sólo a Fernando, sí, pero... No soy abogado de Aparo tampoco. Lo conozco a Aparo, pero no soy el abogado que firmo por él.

–No entiendo. ¿Es o no es?

–No soy. En realidad, soy abogado, conocido de Pablo Aparo, pero no firmo nada para Aparo. No lo defiendo a Pablo Aparo, directamente.

–Ah, al principio entendí que dijo que sí.

–No, si le sale alguna cosa así, que lo aconseje, sí. Pero nada más.

–¿Y sigue asesorando a De Andreis? ¿O puede ser que figure otra persona en la página web?

–Puede ser, porque yo estoy... Estoy y no estoy.

–¿Está y no está?

–Sí.

–Ajá. Tenía entendido que es el abogado de Aparo y quería hacerle algunas preguntas sobre las obras en los barrios de Calaza y Piedrabuena.

–No estoy muy al tanto. Yo llevo... o sea, sí, lo conozco a Aparo, pero no sé muy bien qué hace con las empresas. Supe de los problemas que tuvieron en Piedrabuena. De Calaza, no sé.

Aparo Construcciones S.A. es una empresa especializada en redes de gas natural, cloacas, agua y viviendas sociales. Durante el gobierno de Jorge Telerman, ganó una licitación para hacer obras en el barrio Calaza. En 2006, la empresa paralizó los trabajos de agua y cloacas y reclamó un adicional que representaba el 66,75 por ciento del monto original. En 2007, la Procuración porteña no aprobó ese pedido y la empresa abandonó las obras. El Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) terminó firmando una conveniente acta de neutralización que libró a Aparo Construcciones de toda responsabilidad.

En 2008 el IVC volvió a otorgarle una obra, esta vez no por una licitación, sino por la contratación directa 45/08, que implicaba una suma total de 1.371.157 pesos. Di Filippo objetó al IVC esta contratación porque Aparo nunca había terminado las obras del barrio Calaza y advirtió que en el pliego de esa contratación directa se especificaba que “no podrán ser oferentes quienes (...) hubieran incumplido, parcial o totalmente, contratos de obra pública”. Aparo recibió igual la contratación directa.

La obras se debían iniciar el 22 de septiembre de 2008 y tenía un plazo de tres meses para terminar las refacciones en viviendas. El 7 de noviembre de ese año llevaba hechas 25 de las 105 obras asignadas por el contrato con el IVC. El 12 de mayo de 2009 tenía un avance de apenas el 12,63 por ciento del total y alegaba “incapacidad operativa” para concluir las obras. Los representantes de Aparo sostuvieron ante el IVC que se la cedieron a otra empresa, Ajimez S.A., pero no entregaron ningún documento que corroborara esa afirmación. Del monto inicial, en mayo habían cobrado 241.803,26 pesos. A pesar de esto, obtuvo también la contratación para obras de agua y cloacas en la villa 3, la 15 y en la 1-11-14.

Aparo recibió de la gestión PRO al menos otras cuatro contrataciones directas para la instalación de gas: en la Escuela de música “Pedro Esnaola” por 428.399,27 pesos; en la escuela 26 “José Mármol”, por 124.195,15 pesos; en la escuela 10 del distrito escolar 6, por 114.255,46; y en la Escuela 12 “Reconquista”, por 105.099,98 pesos. Según pudo constatar el equipo de Di Filippo, las ultimas dos tienen los trabajos de instalación suspendidos. En los colegios, dicen que es por falta de pago del gobierno porteño. Y en otros dos se quejaron de que los trabajos estuvieron mal hechos.

“Aparo a través del tiempo demostró tener vínculos políticos muy fuertes: tuvo una gran cantidad de trabajos en la época de Telerman y de Macri”, advirtió Di Filippo a Página/12. “Lamentablemente, los trabajos que muchas veces se le dan por contratación directa sin llamado a licitación no los ha cumplido minimamente. Dejó a muchas familias sin las obras que necesitan. Y el Estado comete el error de volver a contratarlos”, remarcó el legislador del ARI.

Di Filippo también se ocupó de advertir la “casualidad” de que tenga como abogado a Calderón, un asesor de PRO precisamente en los temas de vivienda. Consultado por este diario, De Andreis tomó sus recaudos: “Me entero ahora de la situación. Lo llamé a mi asesor y me dice que no es abogado de Aparo. Yo le creo. Ahora, si se llega a comprobar esto e implica una incompatibilidad, lo echo el lunes. Pero él me jura que no lo es”. Creer o reventar.