Viernes, 30 de octubre de 2009 | Hoy
EL PAíS › LOS TRABAJADORES DEL SUBTE INTERRUMPIERON EL SERVICIO; HUBO INCIDENTES EN DOS ESTACIONES
En reclamo de la inscripción gremial de su nuevo sindicato, los trabajadores de las seis líneas y el Premetro paralizaron el servicio. Trabajo rechazó el uso de “la violencia para dirimir una disputa sindical” y confirmó que llamará a las partes.
Por Adriana Meyer
“Interrupción total. Medida de fuerza gremial”, decía el cartel luminoso de Metrovías en cada boca del subterráneo. En reclamo de “la inmediata inscripción gremial del (nuevo) sindicato”, los trabajadores de las seis líneas y del Premetro paralizaron ayer el servicio desde las 19 y hasta el final de la jornada. Hubo incidentes en dos estaciones y el Ministerio de Trabajo, que criticó que “se siga utilizando a los pasajeros como rehenes”, rechazó el uso de “la violencia para dirimir una disputa sindical”. Sin embargo, ratificó que desde el lunes comenzará a reunirse con las partes por separado: la Unión Tranviarios Automotor (UTA), la empresa y los trabajadores que piden el reconocimiento de su nuevo gremio. “Hay una patota que viene a romper coches, nosotros queremos un sindicato democrático”, dijo Néstor Segovia, delegado de la línea C.
A partir de las 17.30, Metrovías permitió el acceso gratuito para facilitar la circulación de pasajeros, lo que no evitó las largas colas en las paradas de colectivos. Los incidentes se registraron en las estaciones Constitución (línea C) y Lacroze (B), cuando personal jerárquico y miembros de la UTA intentaron poner en marcha algunas formaciones. Tanto la empresa como la UTA acusaron a los delegados de tirarse en las vías para impedirlo, pero ellos lo desmintieron: “Es un mito, no necesitamos hacerlo porque tenemos nuestra organización. Es que no saben manejar un subte, no trabajan, vienen a amedrentar”, dijeron.
El cuerpo de delegados consiguió el reconocimiento de los trabajadores del subte, obtuvo conquistas al margen de la intervención de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), sin llegada bajo tierra, y hace pocos meses 1774 trabajadores, sobre un padrón de 2900, votaron a favor de la creación de un sindicato propio. El paro de ayer apuntó a obtener la inscripción gremial que Trabajo les viene negando, y a la que se oponen la empresa concesionaria y la UTA. “Se viene demorando porque son igual de sólidos los argumentos de las tres partes”, dijo a Página/12 un colaborador del ministro Carlos Tomada.
“Más allá de los lindos discursos, en el país no existe aún libertad sindical”, dijo al inicio del paro Claudio Dellecarbonara. El delegado de la línea B relató que “el jefe de gabinete en Trabajo nos dijo que la inscripción saldría por la vía judicial o no, pero que ellos no estaban en condiciones de darla porque la UTA los amenazaba con un paro nacional”.
La fuente consultada en Trabajo desmintió que Norberto Ciaravino haya hablado en esos términos y aclaró que “falta una decisión política que excede incluso al ministro”. Pero también mencionó que el asunto tendría una resolución judicial. El ministerio les niega la personería gremial y también la inscripción que les daría protección sindical, como estableció la Corte Suprema en 2008. La Justicia laboral ya ordenó resolver ese trámite administrativo, pero el ministerio apeló. Dellecarbonara dijo que Trabajo aprobó “el aporte compulsivo del 1 por ciento para mantener a la patota de la UTA, que persigue a los trabajadores”. Y anticipó que si al cobrar los haberes la semana próxima se les descuenta esa cuota sindical profundizarán las protestas.
“Es una locura que un grupo de empleados que persigue un objetivo político utilice este servicio público como campo de batalla”, afirmó la vocera de Metrovías Lucila Maldonado. Y pidió a las autoridades que declaren ilegal la medida. “¿Cómo vamos a hacer un paro ilegal si ni nos reconocen como sindicato?”, preguntó Dellecarbonara.
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