Después de pasarse la pelota durante meses con el senador Carlos Reutemann, el ex presidente Eduardo Duhalde terminó el año con una definición contundente: “Sí, voy a ser candidato a presidente de la República en 2011 y ojalá que haya mucha competencia”. Desde la sede del Movimiento Productivo Argentino, Duhalde se puso al frente de una estrategia combinada para los próximos dos años. Por un lado busca posicionarse para ganar la interna peronista y al mismo tiempo instalarse como presidenciable. En su entorno aseguran que lo habló con Felipe Solá, Mario Das Neves y Ramón Puerta, entre otros peronistas disidentes.

Varias fuentes consultadas por Página/12 explicaron que viene analizando el anuncio hace meses. Sostenían que lanzó la noticia en este momento porque es un tiempo de baja intensidad política que le permitirá instalar su jugada durante todo el verano. Duhalde considera que el 2010 es un año clave para la reorganización del PJ y sus operadores argumentan que muchos dirigentes “sobre todo del conurbano” le piden que enfrente al kirchnerismo.

“Al país le hacen falta dirigentes con experiencia” y “diálogo”, así como “terminar con los enfrentamientos”, repitió ayer Duhalde, quien dijo que Kirchner “se quedó en el pasado” y vaticinó un escenario electoral para las elecciones primarias de agosto de 2011 con “cuatro o cinco candidatos presidenciales”. El presidente del MPA, Carlos Brown, le dijo a este diario que si bien el 2010 “es un año sabático desde el punto de vista electoral pero que va a exigir mucha organización y un importante grado de participación e instalación como candidato”.

Por eso el anuncio de Duhalde tiene como objetivo táctico la interna del peronismo. La indefinición de Reutemann sobre su situación en 2011 impedía que se produzcan los reacomodamientos necesarios en el peronismo para rearmar una alternativa antikirchnerista. “Reutemann se pone nervioso y le agarra la ‘chiripiorca’ porque no se anima a competir con Kirchner. A él nunca lo lastimaron, siempre se la llevó de arriba. No se animó a enfrentarlo a Menem y ahora tiene miedo porque dice que Kirchner le va a pegar hasta en el paladar”, fustigó otro importante dirigente duhaldista.

Sin embargo, lo que parece preocupar al ex presidente es la situación del diputado Francisco De Narváez. “Lo que pasa en el caso de De Narváez, es que cree que puede ser candidato a presidente, pero la Constitución nacional dice que tiene que ser argentino nativo y sus padres también. Está mal asesorado, en todo caso, si quiere ser candidato a presidente tiene que pedir a la Justicia una acción de certeza”, respondió Duhalde.

Hombres cercanos a él le atribuyen al impulso del ex ministro y socio en América TV José Luis Manzano los recientes coqueteos del empresario colombiano con su eventual postulación presidencial. “El Colorado está bárbaro de chasis y motor pero está flojito de papeles”, sintetizaba un veterano operador que aseguraba que el diputado deberá sortear varias instancias judiciales antes de confirmar su candidatura. Además, deslizaba, “la Cámara Electoral la manejan los radicales”.

En el entorno de Duhalde relataron que aunque “conversa con él con mucha frecuencia” en las últimas horas habló con Solá para anticiparle su anuncio. Con Ramón Puerta lo conversó el domingo, cuando viajó a un acto en Misiones junto a Miguel Angel Toma, Fernando “Pato” Galmarini y el santacruceño Eduardo “Chiquito” Arnold.

Aunque a priori serían competidores en el PJ anti-K, los operadores duhaldistas aseguran que Solá ve con buenos ojos la postulación de Duhalde. “Es como un bálsamo para otros presidenciables”, argumentaban. El análisis que hacen es que si Duhalde le gana la conducción del PJ a Kirchner pero ve que “no le da” para ganarle a Cobos, podría apoyar a otro candidato peronista, ya sea Solá, Das Neves o el que esté mejor en las encuestas.

El esfuerzo central de Duhalde será en la provincia de Buenos Aires, donde asegura que el kirchnerismo viene en baja. Sus hombres sostenían que “ha hablado con el 60 por ciento de los intendentes, aunque les ha dicho que no rompan públicamente”. Para reforzar la idea de que cuentan con el apoyo de los barones del conurbano, mencionaban que en último congreso partidario realizado en Tres de Febrero “dibujaron el quórum” y que faltaron muchos congresales que le piden –dicen los duhaldistas– “al Cabezón que se lleve al Loco”.