Sábado, 13 de febrero de 2010 | Hoy
EL PAíS › EL GOBIERNO SALIO AL CRUCE DEL ENCUENTRO RADICAL QUE FIJO SU ESTRATEGIA OPOSITORA JUNTO A COBOS
La presencia del vicepresidente en el plenario de legisladores radicales reactivó las críticas del kirchnerismo por la “traición” de Cobos. Los radicales dicen que no es tan así y justifican el doble juego del correligionario.
Comenzó una nueva batalla en la guerra del Cleto. La visita del vicepresidente Julio Cobos a la cumbre de la UCR en San Nicolás despertó una nueva oleada de cuestionamientos del oficialismo, que volvieron a pedirle la renuncia a Cobos y esta vez también criticaron a los radicales por prestarse a una maniobra “cuasigolpista”. Los correligionarios salieron en auxilio de su candidato para el 2011 y respondieron al Gobierno que “ni ellos mismos se lo creen”.
El kirchnerismo salió a cuestionar que Cobos fuera como vicepresidente a una cumbre donde se iba a definir la estrategia opositora. Allí Cobos afirmó que está en contra del decreto de necesidad y urgencia que crea el Fondo del Bicentenario y pronosticó que el oficialismo no tendrá consenso en las dos cámaras. Al frente de la fila de kirchneristas que se formó para refutar a Cobos estuvo el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. “Ese esquema de traición no le va a ser perdonado. La historia lo va a maltratar mucho. Todas las cosas que hace son defecciones. Es una posición (no quiero ser dramático) de golpista y la deja pegada a la Unión Cívica Radical en una situación cuasigolpista”, remarcó el ministro coordinador. “El propio presidente de la UCR, el senador Sanz, es el que le termina bajando línea al vicepresidente de la Nación. Una situación muy compleja, que pone en riesgo las instituciones, que degrada las instituciones y lo pone al vicepresidente en una situación indeseada”, estimó. “Se embarcó en una propuesta que era común y, beneficiado por haber llegado con votos que no le pertenecían, la utiliza para perjudicar al Gobierno de la peor de las formas”, remarcó. “Es una situación poco seria y desagradable que va a complicar la vida de los argentinos. Hay gestos que obligarían a dar un paso al costado”, le sugirió al vicepresidente. “En la forma en que yo entendí la política, uno tendría que haberse ido y pararse en la vereda de enfrente con otro color de camiseta y jugar el partido que se le antojó. No estoy pidiendo la renuncia de Cobos, digo qué hubiera hecho yo en su situación”, aclaró Fernández.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, también acusó a la UCR de tener una “actitud cuasigolpista”. “La Unión Cívica Radical debería replantearse su papel como oposición, porque los argentinos necesitamos paz y tranquilidad, no palos en la rueda permanentemente”, planteó.
El jefe del bloque K en el Senado, Miguel Pichetto, directamente exigió que “el señor Cobos debería asumir con más plenitud la oposición y renunciar a su cargo. Eso correspondería en un país serio”. Pichetto consideró que “no había cometido hasta ahora un error tan grosero y explícito” y estimó que las presiones para que Cobos vote de ahora en más contra el Gobierno “es una actitud desestabilizadora, por lo menos”.
“Es una señal muy grave para las instituciones argentinas. Ellos que hablan tanto de la institucionalidad y de preservación de las formas, están perdiendo hasta las formas”, los cuestionó a los radicales. “Estamos viviendo tiempos absurdos de cuasi golpismo o de actitud de desestabilización explícita de cara a la sociedad. Es un regreso de los brujos, casi un retorno al ’55”, remarcó, en alusión al golpe de Estado que derrocó al presidente Juan Domingo Perón.
“Es una burla a las instituciones que, mientras sigue siendo el vicepresidente de la Nación, Cobos participe en un encuentro de legisladores del principal partido de la oposición, la Unión Cívica Radical, donde se diagrama la estrategia parlamentaria contra el Gobierno que él integra. Debe renunciar”, sentenció el jefe del bloque kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi, que consideró que “es inadmisible y contrario a todo comportamiento ético que el vicepresidente vaya a una reunión política a instar a los legisladores de la oposición a votar en contra de las políticas del gobierno al que pertenece”.
Desde la trinchera radical, no se hizo esperar el contraataque. “Si ladran, Sancho, es señal que cabalgamos”, se lanzó a la carga Gerardo Morales, quien no es especialmente fan de Cobos. El senador consideró que el vicepresidente “ha venido desde la 125 actuando del lado de la racionalidad”. Por su parte, el diputado Ricardo Alfonsín trató de bajarle el tono a la polémica y aseguró que Cobos no siempre va a votar junto a la oposición. “Dependerá de las circunstancias”, supuso. “Si él llega a votar alineado con la posición del partido, es porque está formado en el radicalismo y defiende los valores de la UCR”, lo justificó. Sobre las críticas del oficialismo, consideró que “no merece la pena contestar. No agrega nada nuevo a lo que pasa en el oficialismo”.
Por su parte, el presidente del Comité Nacional de la UCR, Ernesto Sanz, admitió que la vicepresidencia de Cobos puede ser a veces “un obstáculo”. Sobre el voto de Cobos en contra del ex titular del Banco Central Martín Redrado (y en contra de lo que le pedía que votara la UCR), Sanz estimó que “ése no era un hecho que había que dramatizar. Eran simplemente visiones diferentes, pero que concluían en el mismo resultado: que Redrado no tenía que estar más en la presidencia”. “Como a mí me gusta mirar hacia adelante –demasiada gente hay en la Argentina que está todos los días mirando hacia el pasado—, yo tengo la necesidad de construir un proceso de unidad partidaria en el que Cobos es parte”, aclaró Sanz, quien admitió que “cuesta a veces en los hechos porque la función institucional que él cumple es un obstáculo, a mi juicio, en este camino. Pero nosotros lo estamos construyendo”.
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