“Acá la palabra ajuste no la tenemos más en el diccionario político de nuestra historia.” Como viene haciendo desde hace semanas, Néstor Kirchner aprovechó la crisis económica en Europa para diferenciar a la Argentina de lo que está pasando en el Viejo Continente, sobre todo en la adeudada España. Un día después del anuncio de un duro ajuste por parte de José Luis Rodríguez Zapatero, Kirchner dedicó buena parte de su visita a la provincia de Córdoba a comparar la actualidad argentina con lo que está pasando en la eurozona. “Fíjense lo que pasa en Grecia, España y Portugal. Bien lo dijo nuestra Presidenta, ya sufrimos el ajuste salvaje de los sectores políticos que claudicaron y el FMI”, dijo durante un acto en el predio de la fábrica Forja de la ciudad de Villa María. Kirchner fue recibido por el intendente local, Eduardo Accastello, a quien la Casa Rosada aparentemente ha elegido como el representante del kirchnerismo en esa provincia. Es muy probable que Accastello sea candidato en 2011. “Sería un gran honor”, dijo anoche el propio Accastello en diálogo con Página/12 al ser consultado sobre esa posibilidad.

Kirchner aterrizó en Córdoba un día después de que Zapatero anunciara un paquete de medidas que incluye descuentos de sueldos y la eliminación de un adicional por cada niño nacido en territorio español: el llamado “cheque bebé”. Sin referirse explícitamente a ese ajuste, el secretario general de Unasur se valió de la situación en España para trazar un contraste con el panorama en este lado del mundo. “En esta etapa la gobernabilidad es central para construir la Argentina que ha permitido que el 70 por ciento de los jóvenes que se fueron a España estén volviendo”, dijo. La convocatoria a priorizar la gobernabilidad es una constante de sus últimos discursos. Tras insistir con ese pedido, el titular del PJ dijo que las discusiones sobre candidaturas deben postergarse hasta el año próximo: “No estamos apurados, éste es el momento de gobernar con fuerza, no vamos a caer en la trampa de discutir las candidaturas ahora”.

Kirchner llegó al predio de la fábrica Forja junto al intendente Accastello y al jefe comunal de la capital cordobesa, Daniel Giacomino, otro dirigente de la provincia asociado al oficialismo. Córdoba, se sabe, es un distrito tradicionalmente esquivo al proyecto que encarnan Kirchner y la presidenta Cristina Fernández. Ayer, ni el gobernador Juan Schiaretti ni ninguna de las autoridades del PJ cordobés –que en esa provincia suele presentarse como Unión por Córdoba– se presentó en el acto encabezado por el titular del partido. La imagen del matrimonio presidencial en la provincia mediterránea atravesó su peor momento durante el debate por la resolución 125. A casi dos años de entonces, mucha agua parece haber pasado bajo el puente.

Según algunas encuestas que ayer eran citadas por los anfitriones del santacruceño, la intención de voto a Kirchner estaría superando los niveles históricos que tuvo el gobierno de CFK en los últimos años. “El escenario cambió mucho porque la gente está comprobando día a día el desarrollo productivo de Córdoba. La industria metalmecánica, la industria metalúrgica, la automotriz, han generado un gran cambio de conciencia. Y además se está reduciendo la pobreza, en Córdoba se han incorporado a la asignación universal 250 mil jóvenes”, argumentó Accastello a Página/12.

–¿Cuál ha sido la variación de las encuestas?

–En la última elección estábamos alrededor del 9 por ciento y hoy ya estamos hablando de un 20 por ciento en la capital y un 28 por ciento en el interior de la provincia. Aparte, la decisión de federalizar los recursos (N. de la R.: Por el refinanciamiento a las deudas provinciales anunciado por CFK) ha significado para Córdoba 3123 millones de pesos, lo que permitirá resolver la desestructuración del gobierno provincial. Si esto sigue así, vamos a estar con posibilidades incluso de gobernar Córdoba representando a este proyecto nacional.

Durante el acto, Kirchner volvió a reclamar la aplicación de la ley de medios y acusó a los medios concentrados de “atacar a la Presidenta” para tratar de “garantizar la continuidad de la vieja Argentina”. “Ciertos grupos de intereses están atemorizados de la Argentina del cambio porque sueñan con consolidar un país para pocos. Escriben una historia que no es real y tienen su eje en el Grupo Clarín, cuyo mentor es el señor (Héctor) Magnetto”, cuestionó Kirchner.