Viernes, 14 de mayo de 2010 | Hoy
EL MUNDO › EL RECONOCIDO MAGISTRADO ESPAñOL ENFRENTA HOY LA SITUACIóN MáS DIFíCIL DE SU CARRERA JUDICIAL
El Consejo General del Poder Judicial decidirá hoy si suspende al juez en sus funciones tras la apertura de un juicio en su contra. El gobierno de Zapatero apoya la decisión de Garzón de asesorar a la Corte Penal Internacional.
Por Oscar Guisoni
Desde Madrid
Baltasar Garzón se enfrenta hoy al momento más difícil de su carrera judicial. El Consejo General del Poder Judicial, en una reunión convocada con urgencia y de forma extraordinaria, decidirá si lo suspende de sus funciones luego de que el juez Luciano Varela abriera el miércoles el juicio contra el magistrado de la Audiencia Nacional por haberse atrevido a investigar los crímenes del franquismo. Ayer el gobierno español le dio un espaldarazo al juez al considerar “de interés para España” que el juez preste sus servicios como asesor del fiscal de la Corte Penal Internacional de La Haya, el argentino Luis Moreno Ocampo.
Garzón había solicitado el pasado martes ser trasladado a La Haya en un movimiento que fue interpretado por sus enemigos políticos como una maniobra dilatoria para evitar que se lo suspenda de sus funciones mientras se lleva a cabo el proceso contra él. Este movimiento del juez obligó a la Cancillería española a emitir un dictamen para pronunciarse sobre si considera o no relevante esta misión. Ayer, el gobierno español resolvió que le interesa “reforzar los medios humanos y materiales de la Corte Penal Internacional”, dando de ese modo a Garzón la oportunidad de una salida airosa que le permitiría descomprimir la complicada situación judicial en la que se encuentra con tres procesos abiertos en su contra.
Pero la derecha política y judicial, a la que se le han sumado adversarios del juez que provienen del riñón progresista, no está dispuesta a dejarlo escapar y con una celeridad nunca antes vista en la Justicia española convocó de urgencia a una reunión extraordinaria del Consejo General del Poder Judicial con un único temario: la suspensión de Garzón de sus funciones al frente del Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional.
Fueron sobre todo los vocales conservadores los que se movilizaron para exigirle al presidente del Consejo Carlos Dívar que llamara a la reunión extraordinaria. Todo sucedió de un modo preciso, “como si una mano oculta guiase” los movimientos, señalaba ayer del diario El País en su edición online. La Comisión Permanente que se reúne los miércoles comenzó la reunión de esta semana un par de horas más tarde para permitir que llegaran los documentos necesarios para convocar el pleno extraordinario. “Sorprendía tanta sincronización en una Justicia que nunca se ha caracterizado por su celeridad”, concluye el periódico madrileño.
La suerte de Baltasar Garzón dependerá de lo que suceda hoy en esa reunión que se produce en un clima de gran tensión, ya que los vocales conservadores han advertido que cualquiera que se oponga a la suspensión del juez de sus funciones puede, a su vez, ser acusado de “prevaricación”, ya que éste es un procedimiento estándar que se aplica siempre que a un magistrado se le abre juicio.
El sector conservador de la magistratura entiende incluso que si al juez se lo suspende no es posible que se le permita luego concurrir a La Haya, con lo cual se le cerraría la vía elegante de salida que el propio Garzón había insinuado con su aceptación a la invitación de Luis Moreno Ocampo el pasado martes. Mientras que algunas fuentes del sector progresista anticiparon a medios locales que se podría permitir esta salida al mismo tiempo que se le aplica la suspensión ya que no quedaría inhabilitado como juez hasta que termine el juicio en su contra.
Ayer Garzón hizo una breve pero importante aparición pública en la Casa de las Américas de Madrid, en la que estaba invitado a dar una conferencia sobre las víctimas judías de la dictadura argentina. Al terminar su discurso, luego de haber sido recibido de pie por un público que lo ovacionó durante varios minutos, se permitió hacer un breve comentario sobre su situación. “Estoy muy tranquilo. Las situaciones como ésta no se afrontan con optimismo, sino con tranquilidad de saber que se es inocente”, afirmó luego de celebrar un diálogo con el juez argentino Daniel Rafecas organizado por la Casa Sefarad. El acto estaba organizado desde hacía más de tres meses, pero coincidió con el que tal vez pueda ser el último día en activo de Baltasar Garzón. Algunos participantes al evento habían portado máscaras con la cara del juez en su apoyo, pero éste pidió a los organizadores que se las quitaran. “El olvido pertenece sólo a aquellos que quieren olvidar”, dijo Garzón en uno de los momentos más emotivos de su intervención, “cuando se quiere imponer produce unas condiciones desastrosas”.
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