Jueves, 16 de septiembre de 2010 | Hoy
EL PAíS › LA LISTA OPOSITORA SE IMPUSO PARA EL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA
Con el 53 por ciento de los 685 sufragios emitidos ayer por los jueces, el radical Ricardo Recondo y Alejandro Sánchez Freytes lograron ingresar al Consejo. La lista Celeste consiguió que Mario Fera entrara como tercer representante de los magistrados.
Por Irina Hauser
El Consejo de la Magistratura –en su versión 2010-2011– ya se perfila como un terreno fértil para duras disputas políticas. Con la elección de los nuevos representantes de los jueces, en la que ayer triunfó la lista Bordó, antikirchnerista, se empieza a consolidar un bloque opositor que puede disputarle poder al oficialismo en el organismo. Al haber obtenido el 53 por ciento de los votos, ingresarán como consejeros el camarista civil Ricardo Recondo, un radical que preside la Asociación de Magistrados, y el juez federal de Córdoba Alejandro Sánchez Freytes. La lista Celeste, que hizo campaña diferenciándose del estilo confrontativo de sus colegas, consiguió la tercera silla en el cuerpo, que ocupará el presidente de la Cámara de Apelaciones del Trabajo, Mario Fera.
“Ahora también tenemos poder de veto”, desafió Recondo al final del escrutinio, en diálogo con Página/12. Su cálculo se basa en la apuesta a que ciertos consejeros funcionen en bloque: con su incorporación y la de Sánchez Freytes, más Alejandro Fargosi –elegido por los abogados porteños en una publicitada alianza con la UCR– más dos legisladores radicales permanentes en el Consejo, ya son cinco. Ese número empata al que por ley tiene el oficialismo (dos senadores, dos diputados y un delegado del Poder Ejecutivo) y le da la posibilidad de trabar decisiones que requieren dos tercios de los votos, como la acusación de jueces o la elevación de ternas.
Ayer votaron 685 jueces de todo el país, el 85,4 por ciento del padrón. La diferencia entre las dos listas fue de 40 votos: 357 sacó la Bordó y 317 la Celeste. Hubo diez en blanco y uno nulo.
Recondo ganó cierta popularidad en la corporación judicial por su postura crítica a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, a quienes suele acusar en sus discursos de utilizar al Consejo para dominar a los jueces. “Con esta elección la composición cambia y, aunque la ley actual es pésima, el Consejo quizá funcione bien. Creo que ya no habrá tantos consejeros volátiles que cambian de postura según calienta el sol”, señaló. Como solía criticar la famosa facultad de “bloqueo” del oficialismo, se atajó: “No pretendemos usar el poder de veto para conseguir cuestiones personales y caprichosas, sino para que se aseguren la independencia y que los concursos sean transparentes. Que se nombren los mejores jueces, no los amigos. Que si alguien no merece ser juez, se lo expulse, que no se lo proteja por ser funcional”.
Cuando se aproximaba la renovación de consejeros, el radicalismo buscó acaparar la mayor cantidad de lugares en el Consejo. Así, para la elección de representantes de los abogados porteños, se alió con el Colegio de Abogados de la calle Montevideo, una entidad que sigue avalando los últimos golpes de Estado y publica documentos a favor de los represores. A ella pertenece Fargosi, el elegido, quien acordó que con su suplente, el radical Juan Pablo Zanetta, se dividirán los cuatro años de mandato.
Todavía falta la elección de un abogado del interior, el 21 de septiembre. Hay cinco candidatos. Recondo dijo que quiere que gane Daniel Ostropolsky, otro radical, que integra la lista de conjueces del Juzgado Federal 2 de Mendoza, de Olga Pura de Arrabal, la jueza que suspendió la ley de medios. Ella integraba la lista de Recondo junto con otros jueces que han tomado decisiones adversas al Gobierno, como María José Sarmiento. El otro que ingresa al Consejo por la lista Bordó es Sánchez Freytes. El organismo, curiosamente, lo investiga por haberle aumentado la pensión a un imputado por delitos de lesa humanidad con el argumento de que sufrió “daños psíquicos” por la difusión de acusaciones en su contra.
Con una pequeña diferencia de votos, el camarista Fera entrará como consejero. Su objetivo, comentó a este diario, es “despolitizar al Consejo, aislarlo de la política partidaria” y “darle la identidad de un órgano del Poder Judicial”. Para eso, dice, impulsará una reforma interna que acorte los plazos de los concursos para jueces y fije la caducidad de las acusaciones. Pero también insistirá con un proyecto de ley que aumente el número de jueces en el organismo.
El tablero se reacomoda en la Magistratura, pero todavía no está todo dicho. También falta la elección de un nuevo académico, el reemplazo del senador y el diputado radical y de tres kirchneristas. El cambio se verá hacia fines de noviembre.
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