Julio Cobos no va a darle el gusto a la multitud que ayer gritaba en el velatorio de Néstor Kirchner. El vicepresidente reiteró a través de sus colaboradores más cercanos que no dejará el cargo y que mantendrá sus planes previos al fallecimiento del titular del PJ: en caso de resultar candidato, el año que viene se tomará licencia para dedicarse a la campaña electoral de 2011. “A Cobos no le afectan los cantitos. Son la canalización de la pérdida de su líder y buscan canalizar ese dolor depositándolo en Julio”, sostuvo el intendente de Junín, Mario Meoni, esbozando un análisis de tono sociológico sobre la reacción de los kirchneristas.

Así como no le hubieran impedido ir a la Casa Rosada para darle personalmente su pésame a Cristina Fernández, los insultos y los pedidos de renuncia tampoco modificarán la situación institucional del presidente del Senado. “En términos institucionales no falleció alguien del gobierno. Murió alguien con muchísima influencia, pero la vida del país continúa y hay un gobierno fuerte”, agregó el diputado cobista Daniel Katz, luego de ratificar las expresiones de solidaridad y apoyo de todo el sector radical que se encolumna detrás del liderazgo mendocino.

En el entorno del vicepresidente sostienen que ahora deberá manejarse con “muchísima cautela”, pero que no alterará ni su estilo, ni sus decisiones. “Tenemos que transmitirle tranquilidad a la gente. Respeto y tranquilidad”, insistió Katz, quien además consideró que “sería injusto” trasladarle al Gobierno las manifestaciones de los militantes kirchneristas, que durante el miércoles, jueves y viernes cantaron reiteradamente: “Andate Cobos, la puta que lo parió”.

Los cobistas también negaron que la actitud opositora de Cobos haya afectado el estado anímico o de salud de Kirchner. “Seguramente Cobos no ha sido la primera de sus broncas y angustias, lo que más le molestaba eran las internas del PJ”, consideró Meoni, para quien la actitud (opositora) del vice ha sido muy clara desde su voto no positivo.

El vicepresidente partió ayer temprano rumbo a Mendoza para atender un problema de salud de su suegra y se espera que retorne el domingo por la noche o a más tardar el lunes por la mañana. Evitó seguir exponiéndose públicamente, no realizó por el momento una reunión con los suyos para analizar el nuevo escenario político. Mantuvo, sí, múltiples contactos telefónicos, tanto con la mesa chica del cobismo como también con otros dirigentes de la UCR. En los próximos días, cuando vuelva a la Capital Federal, buscará un encuentro con el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, y con sus legisladores, con el objetivo de definir cómo encarar la agenda parlamentaria a partir de ahora y por el resto del año.

Anteponiendo sus respetos por el difícil momento de la familia del ex presidente, en el entorno cobista ya analizan algunas cuestiones políticas a partir del nuevo escenario. En cuanto al espacio no peronista, sugieren que lo mejor es “quedarse flotando”, a la espera de que se perfile el rumbo del peronismo. “Por los próximos quince días lo mejor es que la oposición no abra la boca, más allá de las actuaciones en los ámbitos naturales como el Congreso”, sintetizó un importante operador cobista, para quien el oficialismo tiene dos alternativas: o profundizar su línea más dura con un esquema cerrado de decisiones y con la Presidenta como candidata o apostar a la moderación y acercarse al gobernador Daniel Scioli como figura saliente del proyecto político.

“Kirchner era el garante de los pactos no escritos del Gobierno. Ahora hay que ver cómo y quién arregla esas facturas”, resume un cobista que, como la gran mayoría de los ex radicales K, conoció personalmente al titular del Partido Justicialista. Los dos sectores que podrían sentir un impacto político mayor –sostienen cerca de Cobos– son Proyecto Sur, de Fernando “Pino” Solanas, y el PRO, de Mauricio Macri. En el caso del panradicalismo –compuesto por la UCR, el socialismo, el GEN y la Coalición Cívica–, consideran que no tendrán consecuencias directas sino producto de la puja interna de los peronistas.