La ciudad ya se acostumbró a no ver muy seguido a su jefe de Gobierno. Mauricio Macri hizo de los viajes y escapadas de fin de semana un hábito frecuente. Desde que renunció Gabriela Michetti para ser candidata en 2009, esto implicó que lo debe reemplazar el vicepresidente primero de la Legislatura. Sin embargo, la luna de miel del líder de PRO será el tiempo más prolongado que dejará acéfala la administración porteña. Así lo confirmó a Página/12 Oscar Moscariello, que lo reemplazará en el cargo. Oficialmente, se va por nueve días, aunque los opositores porteños hablan de veinte. El legislador, sin embargo, no ocupará ninguna oficina en Bolívar 1 ni asistirá a inauguraciones: se ocupará únicamente de firmar los decretos que lo requieran. El jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, es quien funge como verdadero vicejefe. En la gestión PRO dicen que Macri llama tres veces por día; sus adversarios lo acusan de vago.

Según las cuentas de la oposición porteña, Macri pasó más de cien días fuera de la ciudad, en viajes oficiales o en vacaciones encubiertas.

En 2008, se fue 16 días por trabajo. En 2009, este diario contabilizó 29 días de escapadas en secreto para descansar en Punta del Este, Aspen o Chile. En 2010, sumaba 18 días de viajes como jefe de Gobierno, que incluyeron una gira europea para mostrarse como candidato a presidente, a la que llevó a su entonces prometida. El director de Relaciones Internacionales, Fulvio Pompeo, indicó que suele gastarse lo mismo que se calcula en Cancillería: 300 dólares por día por persona. Los viernes y los sábados acostumbra a hacer campaña en el interior.

Además, se tomó algunos días de descanso: el 24 de julio estuvo esquiando junto a Juliana Awada en Villa La Angostura. Esta tendencia a viajar hizo que muchas noticias las recibiera fuera del país: fue citado a indagatoria por Oyarbide (estaba en la India), la confirmación por parte de la Cámara Federal de su procesamiento por las escuchas ilegales (se había ido al Caribe), o el derrumbe de Beara (le avisaron en Italia).

La renuncia de Michetti dejó al gobierno porteño con un vacío que debieron suplir primero Diego Santilli y luego Moscariello, quien asumirá hoy, cuando Macri parta junto con Awada con destino desconocido (se mencionaba Beirut). El legislador está concentrado en negociar el Presupuesto 2011, que se definirá el 2 de diciembre. “Voy a cumplir una doble función”, admitió a Página/12 (ver aparte). En el último encuentro de Macri con su tropa, el jefe de bloque PRO, Cristian Ritondo, serio, les dijo a Larreta y al resto de los ministros: “Ahora, cuando Oscar se quede con el gobierno, los echamos a todos”. Redoble, risas.

El reemplazo lo acapara Larreta, aunque dicen que Macri llamará desde su luna de miel paradisíaca. “Mauricio no se desentiende nunca, chequea varias veces por día: una vez a la mañana, otra al mediodía y otra a la tarde”, sostuvo un ministro PRO, quien confirmó que en las inauguraciones Moscariello ni aparece. Como efecto colateral, la Legislatura queda comandada por un opositor: Julio Raffo, de Proyecto Sur.

En la oposición reaccionaron ante la luna de miel con ironía. “Campaña del gobBsAs: denuncie al ñoqui! Macri inicia hoy vacaciones de 20 días, van más de 100 días de viaje en el año”, twitteó Gabriela Cerruti. “La verdad es que Macri está mejorando y hay que estimularlo: cuando fue diputado no iba nunca a trabajar”, se divirtió Aníbal Ibarra. “Se fue de vacaciones más de los días que tienen de licencia en dos años los docentes que, según él, somos vagos”, advirtió el kirchnerista Francisco “Tito” Nenna. “No vamos a notar su ausencia en la gestión de gobierno”, estimó Diana Maffía. “Hay un cálculo político: Macri espera sacar crédito de mostrarse como una persona sensible y que se parece a los demás –analizó la legisladora de la Coalición Cívica–. Las cursilerías que le dijo a su novia se las debe haber escrito alguien.”