El Sindicato de Obreros de Maestranza (SOM) en el que se desempeñaba Roberto Roger Rodríguez, quien fue secuestrado y asesinado, es uno de los gremios poco conocidos de la CGT. Cuenta con menos de 25 mil afiliados y su cúpula responde a la corriente Azul y Blanca que comanda el gastronómico Luis Barrionuevo. La obra social del sindicato, que Rodríguez controlaba, fue una de las entidades allanadas en el marco de la causa de los medicamentos adulterados.

Fundado en 1943, el gremio representa a los trabajadores que realizan tareas de limpieza y mantenimiento en empresas privadas de Capital, el conurbano y la provincia de Buenos Aires, incluyendo “limpieza hospitalaria y de vidrios de altura”, tal como define la propia entidad, que fue intervenida después de la caída de Juan Perón y recién en 1974 obtuvo su denominación actual. El asesor gremial del SOM, Damián Leiva, explicó ayer que “unas 25 mil personas” pertenecen al sindicato y detalló que los afiliados a la Obra Social del Personal de Maestranza (OSPM) ascienden al doble.

Es precisamente el ente de salud –que Rodríguez presidió hasta su muerte–- el que está bajo la lupa de la Justicia federal en el marco de la llamada “mafia de los medicamentos”. El mes pasado, el juez Norberto Oyarbide dispuso el allanamiento de unas ochenta obras sociales e incluyó entre los operativos a la sede que el SOM tiene en Caseros al 3300.

El magistrado investiga el tráfico de remedios adulterados en decenas de mutuales y Maestranza forma parte del expediente general 1787/07, en el que se lo vincula, al menos en forma preventiva, con las operaciones de la Droguería San Javier, propiedad del empresario Néstor Lorenzo. Lorenzo está detenido y procesado como sospechoso de haber liderado una asociación ilícita junto al gremialista bancario Juan José Zanola.

La causa surgió luego de que la Justicia detectara anomalías en la Administración de Programas Especiales (APE), que reintegra fondos a las obras sociales por prestaciones médicas complejas. A partir de allí comenzaron a investigarse irregularidades en las compras de remedios a organizaciones delictivas que comercializaban medicamentos en mal estado.

Pese a las distintas sospechas, el secretario general del SOM, Oscar Rojas, insistió ayer en que el asesinato de Rodríguez fue consecuencia de “un robo al voleo”. Leiva, en tanto, aseguró que no están enemistados con ningún gremio o partido político y pidió que se deje investigar a la Justicia para esclarecer el hecho.

En las filas del sindicato aseguran que el suyo es un gremio muy chico, con un peso político menor. “El nuestro es uno de los mejores gremios, no hay tantas cosas que ocultar como están diciendo los medios”, explicó a este diario Violeta, una empleada de la sede central de Maestranza. Néstor, otro de los trabajadores del gremio, negó las supuestas vinculaciones políticas del crimen. “Acá no se habla mucho más de lo que se escucha en las reuniones normales. Este es un gremio humilde con gente humilde. El tema de los medicamentos es sumamente lejano para nosotros”, sostuvo el hombre.

Los empleados de la sede allanada enfatizaron que el operativo de Oyarbide fue parte de “una rutina” que se repitió en decenas de obras sociales. “Vinieron con buena onda, pidieron los papeles que había que llevarse y se los llevaron”, minimizaron.

No obstante, más allá de su escaso peso específico, el gremio juega un activo papel político. La semana pasada, Rojas participó junto a 150 dirigentes en el tradicional encuentro organizado por Barrionuevo en su casa de Mar del Plata, donde los jefes sindicales opositores a Hugo Moyano compartieron un asado junto al ex presidente Eduardo Duhalde. Entre los presentes también estuvieron Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), Vicente Mastrocola (Plástico), Angel Alberto García (Seguridad), Horacio Valdez (Vidrio) y Luis María Cejas (Viajantes).