Domingo, 17 de abril de 2011 | Hoy
EL PAíS › JULIO COBOS SE DIFERENCIA DEL CANDIDATO RADICAL Y SE PREPARA PARA SU EVENTUAL DERROTA
Desde que se bajó de la carrera, el vicepresidente multiplicó sus apariciones para señalar el camino que debería tomar la UCR. En su entorno explican que es para “aportar al partido”. Su plan: ser diputado y conducir el radicalismo con miras al 2015.
Por Sebastian Abrevaya
“Nadie que fue Papa, vuelve para ser obispo”, repitió el ex presidente Carlos Menem hasta que ingresó en 2005 al Congreso como senador nacional. Parece que la máxima del riojano no convence a Julio Cobos, que luego de haber alcanzado la gobernación de Mendoza y la vicepresidencia de la Nación está planificando su próximo paso, con el que daría un nuevo giro en su carrera política: encabezar la lista de diputados nacionales por Mendoza y entrar como delegado al Comité Nacional para pelear por la conducción de un partido que, según denunció, le “cerró las puertas” como candidato presidencial. Varios dirigentes del círculo más íntimo de Cobos, integrado en su mayoría por sus coterráneos de Mendoza, aseguran que, lejos de retirarse, el vicepresidente buscará liderar un bloque propio de diputados a partir de 2011, que usará como escenario para mantenerse en la primera línea de la política nacional de cara a 2015. “Nosotros no vamos a especular con el fracaso partidario, Julio ahora va a aportar al partido”, se ataja Juan Carlos Jaliff, un incondicional del vice, sobre la situación de Cobos ante una eventual derrota de Alfonsín en octubre.
El vicepresidente sabe que la posibilidad de recuperar el protagonismo político dependerá en gran medida del resultado de la elección de octubre de Ricardo Alfonsín. Si el diputado hace una buena elección, se consolidará como referente de una línea interna mayoritaria del partido y terminará de eclipsar la estrella del vicepresidente, que se encendió la noche del voto no positivo y que viene perdiendo fuerza desde entonces. En ese contexto, Cobos remarca permanentemente sus diferencias con Alfonsín, consciente de que, si fracasa el proyecto alfonsinista, quedaría en un buen lugar para tomar la posta al frente de la UCR.
En línea con ese análisis y a menos de dos semanas de renunciar a su candidatura presidencial, el vicepresidente ya tiene en mente una estrategia con dos aristas. Por un lado, revertir el casi nulo peso político que tiene en el seno de la estructura radical, actualmente copada por el alfonsinista Movimiento de Renovación Nacional. Cuando luego de la elección de 2009, Cobos desarticuló su partido, Consenso Federal, y se reintegró a la enorme estructura de la UCR, no quiso o no supo conformar un grupo cohesionado de dirigentes que le permitieran incidir en las decisiones políticas. Apostó a su alta imagen pública y a que un mendocino como él, el senador Ernesto Sanz, sería en el cargo de presidente del Comité Nacional una figura equilibrada, o al menos fácil de controlar ejerciéndole presión en su pago chico.
Pero Sanz primero participó del lanzamiento del Morena y luego decidió pelear por su propia candidatura. Con el senador de licencia para enfrentar la campaña, la presidencia recayó en Angel Rozas, uno de los tres jinetes del alfonsinismo. En la última reunión del cobismo, le solicitaron a Sanz que reasuma al frente del partido para “reconducir” la política de alianzas, que el alfonsinismo acotó al socialismo, el GEN y la Coalición Cívica. Ante el rechazo de Sanz, Cobos quiere ahora encabezar la lista de delegados al Comité Nacional, con el objetivo de cumplir el requisito que exige la Carta Orgánica para alcanzar la presidencia partidaria. “Está convencido de que hay que ir por el partido. Colaborar en toda esta instancia y después ir a plantear una reforma”, anticipa el intendente de Junín, Mario Meoni.
En diciembre vencerá el mandato de Sanz, que asumió en 2009 y que seguirá de licencia “mientras sea candidato”. Del desempeño de Ricardo Alfonsín en la elección de octubre dependerá si el alfonsinismo se queda definitivamente con la conducción del partido o si el cargo entra en disputa por el resto de los espacios, entre los que se encuentran el cobismo y los caciques de la ex coordinadora, Leopoldo Moreau, Federico Storani y Enrique “Coti” Nosiglia.
“La verdad es que a todos los dirigentes nacionales les ha costado mucho mantenerse en un lugar protagónico fuera de la función pública”, asegura el intendente Meoni, uno de los dirigentes que le aconsejan a Cobos presentarse como diputado nacional. La idea también fue respaldada públicamente por la senadora Laura Montero y el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, además de su ex vicegobernador, Jaliff. Lo ideal sería que ingresara al Senado, donde recalaron varios presidentes y gobernadores. Pero en este turno electoral Mendoza no elige aspirantes a la Cámara alta.
La definición de Cobos recién se conocería a principios de junio, cuando se acerque la fecha de presentación de candidatos para la elección de Mendoza. Allí se enfrentan Cornejo por el cobismo –que también está aliado con Sanz– y el ex gobernador Roberto Iglesias por el alfonsinismo. La apuesta del vicepresidente es lograr la unidad de la UCR para recuperar la gobernación y colocar su nombre en una boleta que sea ganadora en octubre, a diferencia de la mayoría de los distritos del país, donde el radicalismo está lejos de acceder al poder.
“Independientemente de cuál sea el resultado nacional, los liderazgos van a surgir de los resultados territoriales”, sostienen cerca del mendocino. Los cobistas admiten que después de la decisión de bajarse y ante la decepción de su tropa, dejará de ser “una figura excluyente” y que en todo caso pasará a formar parte de la “mesa nacional” compuesta por dirigentes que se oponen al alfonsinismo como Ramón Mestre hijo, el diputado Oscar Aguad y Cornejo, entre otros.
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