El ministro de Economía, Amado Boudou, reiteró ayer que una de las metas del Gobierno es generar una “ruralidad industrial”, para que en los pueblos del interior “existan nuevos puestos de trabajo y una mejora en la calidad de vida”. El ministro y candidato a vicepresidente disertó durante el encuentro del Council of the Americas. Su discurso estuvo dirigido a las corporaciones agropecuarias, a las que recordó la defensa que se realizó desde el Estado a los precios de los commodities durante la última cumbre de países del G-20, en donde sobrevolaba la propuesta francesa de limitar los precios de las materias primas para evitar mayores volatilidades en los mercados. Al respecto, aseguró que la crisis “no sólo fue un problema económico-financiero, sino una ausencia de liderazgos políticos”. Volvió a apuntar contra el rol de las calificadoras de riesgo como parte involucrada en los actuales descalabros financieros mundiales y aseguró que el actual contexto global “invita a buscar soluciones creativas que le sirvan al conjunto”.

En referencia al sector agropecuario recordó cuando encabezó la comitiva que viajó a París para “defender el precio de los commodities y, consecuentemente, a la economía argentina”. Abrió entonces nuevamente el tema de una mayor industrialización de la actividad económica argentina. “Hay que buscar mecanismos para avanzar en la inversión productiva, pensando siempre en darle soluciones al conjunto de los argentinos”, señaló el ministro ante un nutrido grupo de empresarios que se reunió en el hotel Alvear. Manifestó entonces su convicción de cambiar el “rumbo y el sentido” de la economía, a una “mayor creación de puestos de trabajo e inversión en la economía real”.

Tal como viene haciendo en los últimos días, no perdió oportunidad para criticar el rol de las agencias de calificación de riesgo y su responsabilidad en la crisis financiera internacional por su “mala asignación de recursos”. “La crisis tiene en su centro a las calificadoras de riesgo, que son las que han dicho dónde invertir y las que generaron comportamientos de manada, es por eso que cuando nosotros transformamos la ley que administra los fondos previsionales pusimos la cláusula que para la asignación de recursos en la economía real no eran necesarias las calificadoras de riesgo”, ejemplificó.

Más allá de sus críticas a las agencias de ratings, Boudou se refirió a la génesis de la crisis internacional. “Lo que pasó con la crisis internacional no sólo fue un problema económico-financiero sino que, claramente, se percibe una ausencia de liderazgos políticos”, sostuvo. En los últimos días, muchos analistas alertaron sobre los riesgos de que una profundización de la debacle financiera de los países centrales pueda comprometer seriamente la actividad económica argentina. Sobre este punto, el titular del Palacio de Hacienda se manifestó “muy optimista y poco iluso”. “Sabemos que el mundo que viene nos va a dar mayores posibilidades, porque ha entrado en discusión el rol de las naciones, de los organismos multilaterales de crédito, y es una gran posibilidad para países como la Argentina, que lleva ocho años de crecimiento”, señaló el ministro.

“Hasta 2008 –cuando se desencadenó la crisis de las hipotecas subprime– la economía se pensaba en torno del sistema financiero. Ahora hay que interpretar que la economía debe articularse a partir del mercado laboral para que haya un desarrollo sustentable en el tiempo”, expresó. En ese sentido, indicó que aquella visión “sufrió un golpe importante del cual no se puede recuperar”, por lo que ahora hay que contemplar “las necesidades de la población de incorporarse al mercado de consumo”. “Esto no significa que no tengamos que tener mercado financiero desarrollado, éstos son una palanca, pero el eje debe estar en la economía real y en los puestos de trabajo”, justificó.

Se refirió también sobre lo actuado por el gobierno nacional en materia energética, que permitió mantener un crecimiento sostenido en los últimos años. “No es posible un crecimiento continuo de ocho años sin una inversión en la producción y distribución energética”, dijo, tras lo cual citó los ejemplos de Atucha I, Atucha II y la finalización de Yacyretá. “En nuestro país se exportaba energía al mismo tiempo que uno de cada cuatro argentinos perdía su trabajo. El Gobierno resolvió eso, además de los problemas de endeudamiento, solvencia fiscal y de cumplir con las deudas que no generamos”, expresó.

Respondió duramente a los planteos que se realizan desde buena parte del arco opositor. “Ellos vienen a reclamar cosas que cuando les tocó administrar (el país) hicieron lo contrario.” Señaló que fueron ellos los responsables de haber bajado 13 por ciento las jubilaciones en 2001. “La privatización de la seguridad social no era una pieza suelta, sino clave en un pensamiento que despreciaba la democracia, que pretendía que ésta fuera una fachada repleta de formalismos, y cuanto más formalismo, más injusticia. Y esto tiene que ver con una cuestión filosófica e ideológica, que desplazó a la política como herramienta de resolución de conflictos y dejó en el centro a los grupos concentrados de poder económico”, se explayó. Aseguró también que el pensamiento ortodoxo fomenta “burocracias al servicio del poder económico, pasando por los grupos concentrados de información mediática”. “Estos grupos proponen un sistema orientado a que el poder político se convirtiera en administrador del poder económico, por eso surge la palabra administración en vez de la de gobierno”, concluyó el candidato a vicepresidente.