El embajador argentino ante las Naciones Unidas, Jorge Argüello, sostuvo en la sede de la ONU en Nueva York que los países desarrollados, “poniendo como excusa la crisis financiera internacional, buscan reservarse un control y poder de decisión incompatibles con un multilateralismo sano”. Fue durante una sesión extraordinaria del G-77 más China, que Argentina preside durante este período. Del encuentro participó el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Argüello le indicó que “una de las mayores preocupaciones es el dato verificable de que los países desarrollados no están dispuestos a hacer nuevos compromisos en pos del desarrollo e, incluso, como ya hemos comprobado, están reacios a cumplir con los compromisos ya asumidos”. Luego de hacer un repaso de todos los encuentros de los que participó este año representando al G-77, el embajador argentino concluyó que “los países desarrollados rechazan aceptar cualquier cambio que pueda implicar un enfoque más transparente y democrático en las esferas macroeconómicas, financieras y tributarias internacionales, reservándose de este modo un control y poder de decisión incompatibles con un multilateralismo sano como el que postula la ONU”.