Después del 54 por ciento obtenido por el Frente para la Victoria en las elecciones de octubre, la oposición se mostró mesurada al opinar sobre la conformación del nuevo gabinete. Dirigentes de todos los partidos remarcaron, con cierto tono negativo, la “continuidad” de las políticas del gobierno nacional en la designación de los nuevos ministros por parte de Cristina Fernández. “El esquema ministerial presentado es el mejor ejemplo de ratificación del rumbo del gobierno nacional”, señaló el senador radical Gerardo Morales. Respecto de los cambios puntuales, la mayoría coincidió en destacar el nombramiento de Juan Manuel Abal Medina como jefe de Gabinete en lugar de Aníbal Fernández, aunque hubo críticas para algunos de los miembros del gabinete.

Abal Medina fue el funcionario que recibió elogios de todos los sectores. El peronista disidente Eduardo Amadeo reveló que tiene “muy buen concepto” de “Juanito” porque es “un tipo inteligente, bien formado y muy respetable”. “Es un intento de dar una imagen aún más joven del gobierno de la señora”, completó el ex candidato a gobernador bonaerense de Eduardo Duhalde. Lejos del perfil de Elisa Carrió, el nuevo titular de la Coalición Cívica, Adrián Pérez, consideró positivo su nombramiento: “Valoramos la designación de Abal Medina y esperamos que sea un aporte importante de las nuevas generaciones al debate político”.

Por la red social Twitter, el jefe de la bancada radical, Ricardo Gil Lavedra, le mandó los saludos protocolares: “Mis felicitaciones a @juanabalmedina por su designación como jefe de Gabinete, deseo sinceramente que pueda iniciar una nueva etapa”. Su compañero de bloque Miguel Bazze reclamó que “el próximo gobierno tenga una actitud menos cerrada que la que tuvo en los últimos cuatro años”.

Por su parte, el presidente del bloque de diputados del PRO, Federico Pinedo, resaltó que los cambios “tienen que ver con la economía” porque “el resto queda igual”. Cuestionó, además, que Juan Manuel Abal Medina como futuro jefe de Gabinete “va a administrar el presupuesto mediante los superpoderes”. “Nosotros desde el PRO queremos colaborar con el Gobierno en la baja de la inflación, que es un impuesto brutal que castiga a los pobres y puede generar atraso cambiario y salarial”, advirtió Pinedo.

Desde el Frente Amplio Progresista buscaron diferenciarse con un tono crítico. La diputada Margarita Stolbizer pronosticó que “nada va a cambiar”. “Seguiremos teniendo un gobierno que se apropia de la representación, de los recursos y de la palabra y una Presidenta que maneja a sus ministros con el control remoto”, remató la bonaerense. Su compañero, el senador Jaime Linares agregó que “la novedad sería que la Presidenta promueva el diálogo como una herramienta fundamental para los próximos tiempos”.

Sobre Lorenzino cargó el economista y diputado Alfonso Prat Gay, de la Coalición Cívica. Dijo que representa una “continuidad” de la política seguida por Amado Boudou, quien “hasta ahora ha hecho todo lo contrario de lo que tenía que hacer, subió la tasa de interés, congeló el dólar y subió los impuestos”. Además, el ex presidente del Banco Central recordó que al asumir el cargo, Amado Boudou prometió cerrar un acuerdo con el Club de París. “El hecho de que esté ahí ahora Lorenzino, no implica que pueda cumplir”, concluyó. Desde el peronismo disidente, Martín Redrado, sucesor de Prat Gay en el BCRA consideró “positiva la renovación dirigencial” aunque “en términos de políticas públicas es más de lo mismo, no hay cambios en la política económica”.

Respecto de la continuidad de Timerman en Cancillería, el peronista Eduardo Amadeo la calificó de “lamentable” por consideralo “el responsable de los mayores errores de política exterior que cometió la Argentina en los últimos tiempos. El dirigente duhaldista señaló, además, que con la continuidad de Julio De Vido como ministro de Planificación, Cristina Fernández “optó, frente a la complejidad de los problemas económicos que tiene por delante, por no producir cambios en el sector más crítico”.