Carlos Grosso, Carlos Menem y Claudia Bello, en los años de esplendor del menemismo.
Imagen: Archivo Página/12.

El Día de los Inocentes se atrasó 24 horas. El ex intendente menemista Carlos Grosso fue sobreseído en la causa por la Escuela Shopping, dado que el expediente prescribió tras veinte años de iniciado. En simultáneo, otro tribunal absolvió a la menemista Claudia Bello en la causa en la que se la investigaba por presuntas contrataciones irregulares para combatir el llamado “efecto Y2K”, que –se suponía– iba a afectar a las computadoras al comenzar el año 2000. Ambos podrán brindar a la salud de Sus Señorías.

La causa de la Escuela Shopping se abrió el 7 de mayo de 1991. Gro-sso y los 42 concejales que votaron a las 3 de la mañana del 30 de diciembre de ese año fueron denunciados por el entonces concejal del Frejuso Aníbal Ibarra y por el del Partido Federal Guillermo Francos. Los ediles votaron la cesión al empresario Salomón Salem de la planta baja de la Escuela 16 Presidente Mitre, ubicada en Pueyrredón y Sarmiento, a cambio de archivar un reclamo por una deuda con la ciudad y de que el empresario remodelase la escuela. En el acuerdo, quedó claro que 24 horas después de la aprobación de la ley, Salem debía ceder unos 25 locales de la feria municipal CAM-74 –que también le fueron otorgados por la misma votación– a una firma vinculada con varios concejales.

La Corte Suprema menemista demoró seis años en definir si la causa debía ser investigada por la Justicia Federal o no. Tras transitar sin mucho avance por distintos juzgados de instrucción, y por un sinfín de prescripciones, revocatorias, recusaciones, apelaciones y recursos de toda especie, finalmente la causa fue reactivada en 2005 y Grosso fue citado a indagatoria. Pero la estrategia del ex intendente dio resultado y el expediente prescribió ayer. Grosso fue “sobreseído definitivamente”, dado que la Cámara Federal declaró “extinguida la acción penal seguida en estas actuaciones”. Los camaristas Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah consideraron que “forzar una interpretación con la sola finalidad de mantener vigente una acción que, desde hace tiempo, ha permanecido sin avances cualitativos que permitan avizorar siquiera lejana una conclusión, carece a esta altura de razonabilidad”.

El actual legislador Aníbal Ibarra –de vuelta en el cargo de 1991 luego de haber sido jefe de Gobierno– señaló que “la impunidad que tuvieron estas personas en los estrados judiciales no la tuvieron en la sociedad, que hoy en día sigue viendo a esta causa como uno de los mayores escándalos de corrupción de la vida política”.

Por esas casualidades del Poder Judicial, el mismo día fue absuelta Claudia Bello. La ex secretaria de la Función Pública fue investigada por presuntas contrataciones irregulares en el marco del operativo para evitar el supuesto “efecto Y2K”, luego de que Página/12 revelara los sobreprecios en las contrataciones por más de dos millones de pesos-dólares. Fueron sobreseídos otros cuatro funcionarios menemistas: su número dos, Alejandro Val, y los ex directores del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP) Víctor Hugo Cantero, Angela Rigon y Héctor Guroto.

La causa por el uso de fondos para el “Y2K” no tiene mucho que envidiarle a la de Grosso: fueron once largos y lentos años en los Tribunales. Bello fue procesada y marchó hacia el juicio oral, que concluyó ayer. El fiscal Miguel Angel Osorio había pedido dos años de cárcel para Bello y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Pero los jueces Oscar Amirante, Adrián Grunberg y Jorge Gestas la absolvieron. Los fundamentos se conocerán recién en febrero.