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El vicepresidente Amado Boudou ratificó una denuncia por el “hackeo” de su cuenta de correo electrónico personal, ante el juez federal Daniel Rafecas. A primera hora acudió al juzgado federal su abogado, Eduardo Durañona, y por la tarde el propio Boudou se presentó en persona “dada la gravedad del caso”.

En su presentación ante Rafecas, el vicepresidente aseguró que estaba “muy preocupado” porque se mandaron correos extraños desde su cuenta que él nunca envió. Puntualmente, el compañero de fórmula de Cristina Fernández aseguró que recibió una respuesta a su correo electrónico personal de la senadora Lucía Topolansky, la mujer del presidente de Uruguay, José Mujica, sobre un mail que él nunca había enviado. Y añadió que hubo un segundo mail de las mismas características enviado a su sucesor en el Palacio de Hacienda, Hernán Lorenzino, según precisaron fuentes judiciales.

Boudou había atribuido las denuncias por el tema Ciccone a una campaña en su contra, pero ayer en Tribunales no aludió a esa causa.

El vicepresidente está siendo investigado junto a otros empresarios por su presunta gestión en la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica, entregada luego a un fondo de inversión a cargo del monotributista Alejandro Vanderbroele. Laura Muñoz, la ex mujer de Vanderbroele, aseguró a la Justicia que su ex marido es un testaferro de Boudou y afirmó que mantenía una relación estrecha con el empresario José María Núñez Carmona, un amigo y socio del vicepresidente. En tanto, el juez comercial Javier Cosentino planteó que era “llamativa” la actitud que había tenido la AFIP en el pedido de quiebra y el posterior aval para ese levantamiento. Sin embargo, el adjetivo de “llamativo” fue cuestionado por el titular del ente recaudador, Ricardo Echegaray, quien señaló que la operatoria en torno de la empresa Ciccone fue normal.