El capitán de navío retirado Jorge Enrique Bautista, acusado de encubrir la Masacre de Trelew, admitió ayer ante el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia que en la madrugada del 22 de agosto de 1972 “no hubo un tiroteo” en la base aeronaval Almirante Zar, donde la Armada fusiló a 16 presos políticos que días antes se habían evadido del penal de Rawson. Bautista fue hace cuarenta años el responsable de instruir el sumario interno que respaldó la versión oficial del enfrentamiento durante un supuesto intento de fuga y hasta el momento es el único de los cinco imputados que aceptó someterse a preguntas, aunque sólo por parte de los jueces y de su defensor. “Cualquiera sea la sentencia final, yo no tuve nada que ver con estos hechos”, aseguró.

El presidente del tribunal Enrique Guanziroli “le preguntó si para él hubo un tiroteo y Bautista le respondió: ‘Depende de lo que entendamos por tiroteo. Acá no hubo tiros de los dos lados, no hubo tiroteo’”, reconstruyó el diálogo Eduardo Hualpa, uno de los abogados querellantes que representan a los familiares de las víctimas. “Por momentos fue confuso: admitió que no hubo disparos de ambos lados, pero insistió en la versión oficial de que hubo un intento de evasión”, agregó Germán Kexel, querellante en representación de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Bautista también dijo que la cúpula de la Armada le ordenó investigar la supuesta evasión y que elevó el sumario final al dictador Alejandro Agustín Lanusse, pero no supo explicar por qué fue designado para esa misión.