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“Todo lo que estamos haciendo está enmarcado estrictamente dentro de la ley”, aseguró el ministro de Defensa, Agustín Rossi, en referencia al envío de tropas a colaborar con la vigilancia de fronteras en el norte del país. A cien días de asumir el control de esa cartera, el santafesino habló con Página/12 para defender el Operativo Fortín, además de hacer un balance de lo realizado en este tiempo en Defensa.

–Esta semana se anunció el envío de 4500 efectivos del Ejército al norte del país para colaborar con la vigilancia de las fronteras. ¿Esto no es una tarea específica de las fuerzas de seguridad?

–La resolución que estableció Operativo Fortín dice que se instruye al Ministerio de Defensa para que en el ámbito de su competencia adopte todas las medidas necesarias para intensificar el control de los espacios de jurisdicción nacional. Desde el año 2011 estaba siendo aplicado a la vigilancia y el control del espacio aéreo: la Fuerza Aérea operativiza todo el sistema de radares del llamado Escudo Norte. Actualmente tenemos cuatro radares de aire, estamos colocando un quinto más, fabricado por Invap, en Las Lomitas, provincia de Formosa. Cuando el radar detecta un tránsito aéreo irregular (TIA) esa información se comunica inmediatamente a la fuerza de seguridad correspondiente, que es Gendarmería. A veces, al mismo tiempo que se informa, alguno de los aviones de la Fuerza Aérea se aproxima al vuelo irregular para completar la identificación. Desde el año 2011, cuando se estableció Escudo Norte, se han detectado hasta el miércoles de esta semana 707 tránsitos aéreos irregulares.

–Se trata mayormente de vuelos vinculados con el narcotráfico...

–Esa información no está en Defensa, está en Seguridad. Nosotros sólo informamos la existencia del TIA.

–¿Cómo se traducirá en los hechos la colaboración del Ejército en la vigilancia de las fronteras?

–Eso que hacemos en el aire vamos a hacerlo en el terreno. Lo que vamos a hacer con el desplazamiento de 4500 efectivos es establecer vigilancia sobre la frontera norte, que por ser una frontera seca es la de más difícil control. Cuando las Fuerzas Armadas observen una situación anómala, lo que harán es informar a las fuerzas de seguridad y luego se retiran, pierden el contacto. Esa es la forma más clara de permitir una acción contundente y precisa que cumpla taxativamente con lo que establece la ley. Ninguna de las tareas que son propias a las fuerzas de seguridad van a ser realizadas, bajo ningún punto de vista, por efectivos de las FF.AA. La intercepción de vehículos, solicitud de documentos, etc., van a estar a cargo de las fuerzas de seguridad. Todo lo que estamos haciendo está enmarcado estrictamente dentro de lo que significa la Ley de Defensa.

–¿El envío de tropas está relacionado con el movimiento de efectivos de Gendarmería para actuar en prevención del delito en Buenos Aires?

–La presidenta de la Nación, con motivo de la cena de camaradería de las FF.AA., en junio, ya había anunciado que se me instruyó para provocar este desplazamiento y lograr que haya una mayor cantidad de efectivos apostados en la zona norte del país. Si a eso se le suma que el Escudo Norte es un operativo vigente desde junio de 2011, es claro que lo que estamos haciendo es una profundización y ampliación de esos objetivos.

–¿En qué consistirá el rol de las FF.AA. respecto a la recuperación de los ferrocarriles?

–El viernes firmamos con el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, un convenio marco entre ambos ministerios para complementar con capacidades que existen dentro del área de Defensa el enorme esfuerzo que está haciendo el Poder Ejecutivo para ampliar y fortalecer el sistema ferroviario. Por un lado, que Fabricaciones Militares provea a la línea Belgrano Carga de vagones. No- sotros tenemos el diseño de un prototipo y estamos en condiciones de fabricarlo en cantidades importantes en función de la demanda; por otro recuperar la capacidad del Ejército Argentino en la ejecución de vías férreas. Podríamos dedicar de 1000 a 1500 efectivos a esta tarea.

–Reforzar la relación de las fuerzas con el circuito industrial y tecnológico fue uno de los objetivos que se propuso al asumir...

–En ese sentido avanzamos en tres núcleos: el primero es Fabricaciones Militares, que entre otras cosas está trabajando en conjunto con los ministerios de Seguridad y Desarrollo Social para empezar a elaborar chalecos antibalas en la fábrica de Fray Luis Beltrán para uso de las fuerzas de seguridad. También tenemos el complejo industrial naviero con dos astilleros, Tandanor y Almirante Storni, donde hemos intervenido en más de 800 embarcaciones y estamos poniendo casi a nuevo el rompehielos Almirante Irízar y también tenemos contrato para elaboración de lanchas patrulleras para Prefectura. El tercero es Fadea, la Fábrica Argentina de Aviones, en Córdoba, donde estamos elaborando el Pampa 3, un avión de aprendizaje avanzado que vamos a empezar a elaborar en serie y servirá para entrenar a nuestros pilotos, con la chance de que puedan ser utilizados también por otros países de América latina.

–A cien días de asumir al frente del ministerio, ¿qué balance hace de este período?

–Estamos conformes, cumpliendo con lo que nos ha pedido la Presidenta acerca de comenzar una nueva etapa para el ministerio, con una nueva estructura y la creación de las secretarías de Ciencia, Tecnología y Producción, y la Secretaría de Coordinación para Emergencias. Hace un mes, en Rosario, cuando sucedió la explosión, tuvimos 116 efectivos del Ejército que participaron de las tareas de rescate, remoción de escombros y apuntalamiento de estructuras. Además la Presidenta me transmitió que nosotros teníamos el imperativo histórico de darle un horizonte a las Fuerzas Armadas en nuestro país, de allí el llamado para integrarlas a un proyecto de Nación. Esto no quiere decir partidizar de ninguna manera sino que deben ser partícipes de la construcción de la Nación, no pueden ser marginadas ni ser espectadoras. Los ejemplos de Mosconi, de Savio, muestran el perfil de las FF.AA. que tenemos que llevar adelante. En ese aspecto es importante también considerar que hoy tenemos un 85 por ciento de los integrantes que se han incorporado después del 10 de diciembre de 1983, es decir cuando ya se había recuperado la democracia. Además, hemos tratado de jerarquizar y visibilizar la participación de las FF.AA. en tareas de paz y completamos la campaña antártica 2013, con un puente aéreo entre Río Gallegos y la Base Marambio. Y estamos trabajando fuertemente en el Consejo de Defensa Sudamericano y en formar la Escuela de Defensa Sudamericana para constituir programas de formación con una fuerte impronta latinoamericanista. La próxima semana va a venir Celso Amorim, el ministro de Defensa brasileño, para discutir una agenda de trabajo y desarrollo en conjunto. Así que para cien días de trabajo estoy más que satisfecho.

–El nombramiento de César Milani como jefe del Ejército suscitó críticas por su desempeño durante la última dictadura, e incluso se pospuso la aprobación de su pliego de ascenso en el Senado...

–La Presidenta tomó la decisión y dio instrucciones para que el ascenso de los tres jefes de las FF.AA. y del jefe del Estado Mayor Conjunto no se debatiese en el marco que se estaba planteando ese debate y postergar ese tratamiento hacia el final del año, que es cuando habitualmente se tratan los ascensos de la totalidad de los cuadros de oficiales. No es necesario de todas formas el ascenso para que alguien pueda ser jefe de la fuerza, es una cuestión casi de estilo. Por lo demás, Milani se ha presentado voluntariamente en los dos juzgados que así lo requirieron, tanto en La Rioja como en Tucumán, y no ha habido ninguna información procesal que lo involucre alrededor de delitos de lesa humanidad.