La presidenta Cristina Fernández de Kirchner pasó ayer en la quinta presidencial de Olivos el primero de los treinta días de reposo médico, tras la intervención quirúrgica de la semana pasada. “Está muy tranquila, disfrutando la compañía de su familia”, confió a Página/12 un dirigente kirchnerista que hizo foco en “el muy buen ánimo con el que ha encarado todo el proceso”. El martes pasado, la Presidenta fue operada al detectarle el equipo médico de la Fundación Favaloro un hematoma alojado en la zona derecha del cráneo. Los síntomas se agudizaron cuando la mandataria comenzó a sentir un “hormigueo” en el brazo izquierdo, lo que determinó su internación y posterior operación. Después de la cirugía, Fernández de Kirchner mostró una pronta recuperación y rápidamente comenzó a ingerir alimentos y a levantarse de la cama. “Tuvo un día normal en el que almorzó con sus hijos, que están siempre cerca de ella”, confió el funcionario kirchnerista, destacando la cercanía de Máximo y Florencia Kirchner, quienes se encuentran acompañando a la Presidenta. En tanto, los carteles, banderas y mensajes de aliento con los que muchas personas acompañaron a CFK durante su internación fueron retirados por funcionarios públicos para acercárselos a la Presidenta, para guardarlos como recuerdo.