EL PAíS › EL GOBIERNO ACORDO EL REGIMEN DE COPARTICIPACION DE IMPUESTOS
Marche una foto con copia para el FMI
El Pacto se firmó anoche en Economía. Se suprimió el piso de recaudación que garantizaba la Nación a las provincias. Estas percibirán el 30 por ciento de lo que se recaude por el impuesto al cheque. Y podrán seguir emitiendo bonos y monedas locales, con control de Economía. Ahora el Gobierno va por su segunda ofrenda al Fondo: la aprobación del Presupuesto.
Por David Cufré
Eduardo Duhalde no quería esperar más. Ni siquiera para que la foto luciera mejor en el suntuoso Salón Blanco de la Casa de Gobierno, que habitualmente se utiliza para ocasiones como la de ayer. En cuanto recibió la llamada del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmándole que el acuerdo con los gobernadores estaba cerrado, el Presidente dejó todo y fue directo para el Ministerio de Economía, adonde se negoció durante todo el día, y allí mismo, sin pompa y a los apurones, le puso la firma al quinto pacto fiscal en dos años.
Tanta urgencia demuestra la importancia asignada por el Poder Ejecutivo al acuerdo con los mandatarios del interior. Duhalde obtuvo la venia de los gobernadores para seguir lidiando con la crisis. Ahora tiene el papel que buscaba para llevarle al FMI, aunque más de un gobernador duda que el organismo de crédito se conforme con este acuerdo y con la sanción del Presupuesto, trámite que empezará a cumplirse hoy con la media sanción de Diputados (ver aparte). Pero sin la firma, Duhalde estaba prácticamente condenado a caerse del poder, tal como le ocurrió en su momento a Adolfo Rodríguez Saá. Por lo pronto, la demora estaba dejando sin oxígeno a Remes Lenicov, quien fue uno de los que más celebró que todo haya terminado.
“Este es el primer paso realmente importante (para resolver la crisis). Y no sólo en nombre del gobierno, sino del pueblo argentino, quiero agradecer a los gobernadores porque su actitud ha sido patriótica”, elogió Duhalde, satisfecho, en sus breves palabras tras la firma del convenio. Remes repitió luego, en conferencia de prensa, que el acuerdo fue posible gracias al “sentido patriótico” de todos los protagonistas. La respuesta en nombre de los gobernadores corrió por cuenta del mandatario de Formosa, Gildo Insfrán, quien hizo una lectura política menos abstracta que la del patriotismo. “No es ni el mejor ni el peor acuerdo. Es el acuerdo posible”, sentenció.
Más allá del tironeo propio de cada negociación, donde cada parte procura obtener el mayor rédito posible, la clave para salvar los puntos en conflicto fue política. Los gobernadores aceptaron la demanda del gobierno de apurar los trámites para no exponerlo a un desgaste mayor. “No estoy contento, pero por lo menos se abre una luz de esperanza”, insistió Insfrán. Los puntos salientes del acuerdo son los siguientes:
- Desaparece la suma fija que las provincias recibían mensualmente. A partir de marzo, la Nación y los distritos del interior se repartirán lo que se recaude. Será “a suerte y verdad”, con aumentos y bajas de ingresos iguales para la Nación y las provincias de acuerdo a la evolución de los recursos tributarios.
- Se coparticipa el 30 por ciento del impuesto al cheque. En consecuencia, la Nación se quedará con el 60 por ciento del total de la recaudación y las provincias recibirán el 40 por ciento restante. Esto es así porque la Nación conserva el 70 por ciento del impuesto al cheque, más otro 44 por ciento por la parte que le toca de la masa coparticipable. Esta se distribuye en un 56 por ciento para las provincias y un 44 por ciento para la Nación.
- La emisión de Patacones, Lecor y demás bonos provinciales queda atada a la autorización del Ministerio de Economía, que actuará como auditor de las cuentas públicas provinciales. Los distritos que cumplan con el compromiso de reducir el déficit fiscal obtendrán el permiso para imprimir bonos.
- Las provincias se comprometen a reducir el déficit fiscal en un 60 por ciento este año. Por tanto, entre el conjunto de los distritos del interior el déficit no debería exceder de 2000 millones de pesos.
- Se refinancian las deudas provinciales, previa pesificación a 1,40, con lo que ascienden a unos 16 mil millones de pesos. La Nación entregará a los bancos locales acreedores de las provincias un bono a 16 años, con una tasa de interés del 4 por ciento, más la aplicación del índice CER. Lasprovincias tienen un plazo de gracia hasta enero de 2005 para comenzar a pagar el capital, mientras que empezarán a devolver los intereses en setiembre próximo.
- La Nación retendrá el 15 por ciento de lo que le corresponde a cada provincia por la coparticipación para saldar los vencimientos del bono. Los gobernadores ganaron esta pulseada, pero perdieron con la pesificación a 1,40. La retención del 15 por ciento será sobre la coparticipación primaria, sin contar lo que les toca por los fondos específicos, como el del Fonavi, Tabaco, etcétera.
- La Nación emite un bono por 1200 millones de pesos que entregará a las provincias, en concepto de pago de una deuda por la mala distribución del IVA cuando se aumentó del 18 al 21 por ciento.
- La Nación crea una suerte de seguro de cambio para las deudas en dólares de las provincias con los organismos de crédito como el BID y el Banco Mundial. Debe definirse cuánto del aumento del dólar en el mercado libre será compensado por la Nación –que lo hará a través del presupuesto– y cómo se financiará.
A pesar del esfuerzo que le costo a Duhalde conseguir el acuerdo, es probable que en el FMI sigan reclamando un plan sustentable. La clave sigue siendo como sacar a la economía del abismo en que ha caído –y de eso nada dice el FMI–. Mientras eso no ocurra, los pactos fiscales son letra muerte, dado que si sigue cayendo la recaudación no hay forma de cubrir los gastos del Estado, por más ajuste que se haga.