EL PAíS › DECLARARON VACA NARVAJA Y PERDIA Y DENUNCIARON PERSECUCION POLITICA
“Resistencia no es lo mismo que dictadura”
Los ex jefes montoneros detenidos el jueves fueron indagados por Bonadío. Rechazaron los de por sí imprecisos cargos y los vincularon a una intencionalidad política. Qué dijeron los interrogados. Firmenich no fue ubicado aún. Desde Barcelona pidió eximición de prisión y le fue denegada.
Por Victoria Ginzberg
Los ex líderes montoneros Roberto Cirilo Perdía y Fernando Hugo Vaca Narvaja argumentaron ayer ante el juez Claudio Bonadío que sus detenciones tienen motivaciones políticas. “El poder necesita una compensación a lo que se está produciendo en los estadios de la sociedad y este juzgado es instrumento de esa pretensión del poder”, afirmó Perdía. “No se puede equiparar la resistencia a la dictadura militar”, dijo Vaca Narvaja. Ambos estuvieron en los tribunales varias horas y por la tarde volvieron a sus celdas en la sede de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal. El magistrado tiene que resolver ahora si los procesa por la desaparición de quince militantes que regresaron al país desde el exterior en 1980, en el marco de la Contraofensiva. Mario Eduardo Firmenich, que tiene pedido de captura internacional, no fue ubicado en Barcelona, donde vive.
Perdía y Vaca Narvaja fueron llevados a los tribunales de Comodoro Py por la mañana. Cerca de la diez, mientras un grupo de manifestantes pedía en la calle por la libertad de los ex jefes montoneros, Perdía ingresó a la secretaría de Diego Agüero, donde declaró ante Bonadío durante más de cuatro horas.
“Procesos sí, varios. Todos por asociación ilícita ligados a la resistencia contra la dictadura militar con sobreseimiento por el Indulto”, contestó Perdía al responder sobre sus datos personales. El paso siguiente fue que Bonadío le comunicó oficialmente el motivo de su arresto. Textualmente le dijo: “Que en su calidad de miembro de la Conducción Nacional de la Organización Montoneros participó en la toma de la decisión de continuar las operaciones militares en territorio argentino durante el año 1980, para lo cual se le ordenó a (trece personas) ingresar a la Argentina a sabiendas que la logística de la Organización estaba seriamente comprometida (...) omitiendo adoptar medidas de seguridad que anularan o morigeraran los riesgos propios de la misión que se les encomendara, lo que condujo a que (las personas) fueran detenidas, resultando de ello la comisión de los delitos de secuestro, privación ilegítima de la libertad, posterior desaparición forzada y homicidios”.
El magistrado achaca a los ex miembros de la Conducción Nacional de Montoneros haber sido partícipes necesarios de las desapariciones de sus compañeros, llevadas a cabo por los represores del Batallón de Inteligencia 601 en 1980. Para eso, reveló uno de sus colaboradores, planea usar la figura de “dolo eventual”, que implica que los acusados debieron representarse las consecuencias de sus acciones.
“Quiero comenzar reprochando la conducta del juzgado que procedió a mi detención con las características propias de un procedimiento de la época de la dictadura”, inició su declaración Perdía. Vaca Narvaja también se quejó por el trato. Su mujer afirmó que fue arrestado mediante “una emboscada en el medio de la calle, con dos autos de civil” y preguntó “¿por qué no tocaron el timbre?”.
En referencia a su responsabilidad en los secuestros de quince personas que regresaron al país en 1980, Perdía aseguró que “entre las propias víctimas de esos hechos figura el nombre de uno de los compañeros que tomó la decisión del regreso al país de un grupo de compañeros, se trata de (Horacio) Campiglia, miembro de la Conducción Nacional, sería risueño si no fuera trágico este caso de autoinmolación o suicidio”. También señaló que “la decisión de volver de cada individuo, de cada compañero y de cada grupo, era tomada por cada uno de ellos sobre la base del marco de la decisión general”.
Perdía, ex secretario político de Montoneros, refutó el argumento de que la cúpula de la organización no sufrió la represión de la dictadura. “Sobre trece compañeros que integraron los organismos de conducción, diez fueron asesinados en el país o en la periferia”, afirmó. Antes de finalizar su declaración, se enojó cuando el juez le exhibió los documentos que figuran como pruebas en la causa, entre los que hay partede los archivos de inteligencia del Batallón 601, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y los desclasificados por el Departamento de Estado de Estados Unidos. “Se sienta a las víctimas en el banquillo de los acusados usando el material y la información de los victimarios”, protestó.
Vaca Narvaja, que era secretario de Relaciones Internacionales de la organización, también hizo una defensa basada en argumentos políticos. Antes de entrar en el juzgado, mientras avanzaba por el pasillo esposado y custodiado por policías, alcanzó a decir que su detención era “un mamarracho”. Ante el magistrado contestó las preguntas referidas a la preparación de la contraofensiva y en una carta afirmó: “No soy ni seré moneda de cambio. No se puede equiparar la resistencia a la dictadura militar, condenada por terrorismo de Estado y crímenes de lesa humanidad tanto nacional como internacionalmente”.
Firmenich sigue con orden de captura y la policía no pudo encontrarlo en Barcelona. El fiscal Oscar Amirante rechazó ayer el pedido de eximición de prisión presentado por el abogado del ex jefe montonero. “Mi cliente se presentó ante la Justicia todas las veces que fue requerido y lo va a hacer ahora”, dijo su representante.
Al término de las declaraciones, Vaca Narvaja y Perdía pudieron ver a sus familiares, que habían esperado todo el día en tribunales. Pidieron frazadas y algo de comer y, según comentaron sus hijos, estaban de buen ánimo. Luego salieron esposados rumbo a sus celdas en la Unidad Antiterrorista, donde también está detenida María Julia Alsogaray. A partir de ahora, Bonadío tiene que decidir si procesa o no a los ex jefes montoneros por su supuesta participación en la muerte de quince militantes de la agrupación.