Mauricio Macri viajará a Brasil a ver los partidos en los que juega la Selección Argentina. Las dos primeras fechas estaban confirmadas, mientras que la tercera –que cae un miércoles– está por verse. Sus asesores evalúan que la participación del todavía procesado jefe de Gobierno en la hinchada lo beneficiará en su campaña como candidato presidencial, además del obvio contenido vacacional del viaje. Por eso, el gobierno porteño mudó su habitual secretismo en torno de las vacaciones y las millas que lleva acumuladas el líder del PRO. Como el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, también sería de la partida, la precandidata bonaerense María Eugenia Vidal cargará con las obligaciones del gobierno porteño.

La obsesión de Macri por ocultar sus vacaciones llegó al punto de que el Poder Judicial tuvo que ordenarle que diera a conocer sus días de licencia. En este caso, no hubo secreto, sino todo lo contrario, dado que forma parte de la estrategia de Macri para su campaña presidencial, que incluye el patrocinio de jugadores por parte del Banco Ciudad y la colocación de pantallas gigantes LED en distintos puntos de la Ciudad para ver los partidos. Así y todo, los macristas tomaron como excusa la invitación que le hizo el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, para justificar el viaje oficial de Macri. En medio de esta visita –pagada con dinero público– Macri irá a ver el debut de Argentina contra Bosnia del domingo 15 de junio. Luego seguirá hacia Israel como parte de una gira en la que verá a los alcaldes de Tel Aviv y Nir Barkat.

A la vuelta de su gira israelita, tiene pensado ir al segundo partido de Argentina contra Irán, el sábado 21 de junio. Según señalaron en Bolívar 1, para la tercera fecha –que es un día de semana– la escapada de Macri aún no está confirmada. Sería el miércoles 25 de junio, cuando Argentina juega contra Nigeria. Lo más probable, de todas formas, es que si la estrategia le resulta siga viajando. Hace unos pocos días, Macri hizo un viaje a Lisboa para ver la final de la Champions League. Junto con Macri viajaría Rodríguez Larreta. En cualquier caso, el mando pasará formalmente a la vicejefa María Eugenia Vidal. La vecina de Castelar deberá enfrentar cualquier inconveniente que aparezca en esos días para el gobierno porteño. Hay algunos antecedentes cuando Macri estaba de viaje.

En febrero de este año debió volverse de unas vacaciones en el sur para mostrarse con el chaleco amarillo frente al incendio en las instalaciones de Iron Mountain, que dejó nueve muertos. En diciembre del año pasado, Macri volvió de otras vacaciones para mostrarse ofuscado con los que no “dan la cara” por la ola de calor. En esa conferencia, declaró la “emergencia energética en la ciudad”, que ya llevaba varias semanas de apagones. Luego, volvió a irse a Villa La Angostura a seguir con sus vacaciones, pero fue sorprendido por un fotógrafo. Según salió a explicar luego Vidal, sólo había vuelto a “buscar a su familia”.

En 2012, Macri se tomó al menos una semana de vacaciones tras las inundaciones que golpearon a la Ciudad. El destino, una vez más, fue el sur del país, aunque en el gobierno porteño intentaron ocultar la información. La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) tuvo que presentar un pedido de hábeas data ante el Poder Judicial para que Macri informara sus días de licencia. Hicieron falta dos fallos judiciales –en primera y segunda instancia– para que Macri sostuviera que se tomó 82 días, de los que sostuvo que sólo 38 fueron por motivos personales. En 2009, este diario hizo un relevamiento de sus días de vacaciones. Su modus operandi era escaparse el jueves y el viernes e ir sumando fines de semanas largos, sin informar públicamente de sus viajes. Así acumuló en ese año 29 días. En ese momento, desde el gobierno porteño sostenían que había que descontar los fines de semana y el receso de fin de año. Cuando debió dar información a la Justicia, Macri afirmó que se tomó tan sólo siete días hábiles. La legisladora Gabriela Cerruti había contabilizado, en cambio, más de 200 días de viaje hasta 2011. Por eso, el kirchnerismo en la Legislatura propuso declararlo “Visitante Ilustre”.