Desde Nueva York

Eric LeCompte es el director de la red Jubileo Estados Unidos, una agrupación de 75 organizaciones que lucha por eliminar la pobreza extrema, en defensa de los derechos humanos. La red Jubilee es una de las voces más críticas del funcionamiento del sistema financiero internacional en Estados Unidos. Está integrada por grupos medioambientales, religiosos, humanitarios que plantean reformas en beneficio de los sectores más desprotegidos. En diálogo con Página/12, LeCompte cuestionó el accionar de los fondos buitre y reclamó reformas para evitar que se perjudique a los bonistas que ingresaron de buena fe al canje de deuda. “Este caso tendrá un impacto profundo en la habilidad de reestructurar la deuda, tanto para los países pobres como para los más ricos”, aseguró.

–Una delegación del gobierno argentino viajará a Nueva York para mantener una reunión con Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Thomas Griesa. ¿Qué cree que debería suceder en ese encuentro? ¿Piensa que un acuerdo con los holdouts puede poner en riesgo el acuerdo con los bonistas reestructurados?

–Es difícil saber qué va a resultar de esas negociaciones. Existe un impulso bastante poderoso para no empujar al default. A la vez, los holdouts saben que si la Argentina no entra en un default técnico, el país podría reestructurar la deuda del 92 por ciento de los tenedores de bonos bajo la ley argentina. Según el acuerdo que se logre, podría llegar a tener unos 120 mil millones de dólares en reclamos adicionales. Por mucho que los fondos buitre quieran cobrarle a la Argentina, tenemos que entender que incluso si no llegan a cobrarle, ahora existe un fallo de gran alcance de un tribunal que obliga a los países pobres a caer subyugados.

–¿Qué consecuencias cree que la victoria de los fondos buitre en los tribunales norteamericanos puede tener en el futuro? ¿Será peligroso para los países en de-sarrollo con problemas de deuda soberana?

–Este caso tendrá un impacto profundo en la habilidad de reestructurar la deuda, tanto para los países pobres como para los más ricos. Esencialmente, la conducta predatoria que se dirige a fondos de ayuda para los países pobres se ha hecho legal. Este caso puede afectar también la importante jurisdicción financiera de Nueva York. Este caso lastima a inversores legítimos y a bancos en Wall Street. En Jubilee, como organización religiosa para combatir la pobreza, estamos más preocupados en cómo este comportamiento depredador afecta a los más pobres del mundo.

–Argentina recibió un importante apoyo de organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial, así como gobiernos de Rusia, EE.UU. y foros internacionales como la Unasur, la Celac, ahora la OEA y antes el G-77+China. ¿Por qué estos apoyos no tienen un impacto en la negociación con los fondos buitre?

–Tanto el G-20 como el G-77, todos detestan la conducta predatoria. Cada país en el mundo sabe que este caso también los afecta. Creo que el consenso que ha surgido va a lograr soluciones en el FMI, el Congreso de Estados Unidos y en las Naciones Unidas. Sin embargo, si de verdad queremos detener los defaults y este comportamiento holdout, necesitamos un proceso de quiebra internacional.

–¿Considera que las políticas implementadas por los diferentes gobiernos estadounidenses tienen responsabilidad en la situación actual?

–Donde vemos la falla principal es en la interpretación de las leyes de Nueva York. El Departamento de Justicia de Estados Unidos, el FMI y Jubilee Estados Unidos creen que la igualdad de trato significa que los holdouts deben tener el mismo trato que el 92 por ciento que ya reestructuró su deuda. En este punto, resulta imperativo reconocer que quienes toman las decisiones mundiales deben apoyar un proceso de quiebra internacional e inculcar préstamos responsables en el sistema financiero internacional.

–La presidenta Cristina Kirchner consideró que vivimos en una etapa de “anarco-capitalismo”, en la cual las ganancias de las empresas no se destinan a la producción de bienes y servicios sino a la especulación financiera. ¿Coincide con ella y cree necesario una nueva legislación que regule el sistema financiero internacional?

–En última instancia, tenemos que construir un sistema financiero que funcione para todos nosotros. Necesitamos una economía global que sirva, proteja y promueva la participación de los más vulnerables. Esto significa que tenemos que abordar cómo las políticas de impuesto global, deuda y comercio deben servir a todos por igual y no sólo a unos pocos de nosotros.