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Kirchner, Solá y Duhalde juntos para el festejo y para el armado

La fiesta fue en La Plata para celebrar el triunfo electoral. Se elogiaron recíprocamente, se aplaudieron. Y empezaron a dialogar acerca de cómo será la política en Nación y en provincia.

 Por Martín Piqué

No eran las escalinatas del programa de Mirtha Legrand. Pero Felipe Solá, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner descendieron como lo haría la diva. Con efecto teatral, aparecieron de a uno ante los cuatrocientos dirigentes que llenaban la planta baja de la residencia del gobernador en La Plata. Eran más de las diez de la noche del jueves y los tres se mostraban en público para festejar el triunfo electoral. También para confirmar su alianza en los próximos cuatro años. Rodeado por los intendentes que fueron electos y los que no, más todos los legisladores que responden a Duhalde, Kirchner se alegró por la derrota de quienes “nos decían que renovar el peronismo era adoptar el modelo neoliberal”. Fue muy aplaudido, pero el dato más interesante se produjo cuando el patagónico instó a los presentes a “una política de brazos abiertos” por la transversalidad que tanto le gusta.
Esa referencia a la búsqueda por fuera de los límites partidarios –que llevó a la práctica con Aníbal Ibarra en la ciudad y Carlos Rovira en Misiones– fue recibida con aplausos por cientos de bonaerenses identificados con Duhalde. “No es más tiempo que haya un partido que imponga las cosas”, exhortó Kir- chner en su breve discurso. Lo flanqueaban Solá, Duhalde, Chiche, su esposa Cristina Fernández y el intendente de Lanús, Manuel Quindimil, subidos todos a un pequeño palco. El Presidente no se olvidó de elogiar al peronismo bonaerense y también destacó “el esfuerzo transformador que llevaron adelante Solá y Duhalde durante el tiempo más grave y duro de la Argentina”.
Las tres figuras de la noche fueron ovacionados por unos cuatrocientos miembros del PJ bonaerense –intendentes y candidatos frustrados de los 134 municipios, diputados y senadores provinciales– que festejaron el triunfo con sandwiches de lomito, fiambres, empanadas, vino blanco, vino tinto y gaseosas. Media hora antes de que empezara el encuentro, Solá y Duhalde se encerraron a solas en el primer piso de la residencia, en una de las salas reservadas al gobernador. Allí analizaron el mapa político de la provincia y la composición que tendrá la Legislatura a partir de diciembre. Solá quisiera que dos de sus hombres –Federico Scarabino y Florencio Randazzo– encabezaran los cuerpos de la cámara, pero Duhalde prefiere ubicar allí a Antonio Arcuri y Osvaldo Mércuri, que representan a la tercera sección electoral y son de su extrema confianza.
Los dos bonaerenses hablaron también de las medidas que podrían llevarse a cabo en la provincia en la nueva gestión de Solá. “Ir a fondo”, es la consigna que eligió el gobernador para explicar lo que quiere. Inspirado en el “estilo K” de los primeros meses, lo que busca Solá es avanzar en varios frentes –judicial, parlamentario, político– para redefinir el ordenamiento de la provincia y lograr más recursos por medio de una nueva coparticipación. Duhalde apoya ese reclamo. Un rato después de la cumbre Duhalde-Solá –que hasta ayer no habían tenido muchas oportunidades para conversar en privado–, la reunión se aumentó con la presencia de Kirchner. El Presidente escuchó entonces los argumentos de Solá y contó detalles de la negociación con el FMI. Luego, los tres analizaron las consecuencias del acuerdo con el organismo.
Pero las dos reuniones privadas pasaron casi desapercibidas para la concurrencia, que aprovechó la oportunidad para los diálogos en voz baja. La que no pasó desapercibida fue la ausencia de Carlos Ruckauf, quien no asistió al festejo pese a estar invitado. Su presencia hubiera sido el centro de la noche, pero el ex canciller lo evitó. Otro que se permitió faltar fue el ex ministro de Seguridad Juan José Alvarez, todavía enojado con Solá por ciertos desacuerdos en la política de seguridad de ambos distritos durante el año 2002 y principios de 2003. Se lo contó su sucesor en el municipio de Hurlingham, Luis Acuña, a otro intendente del Conurbano. Quien sí asistió fue el gobernador saliente de Santa Cruz Héctor Icazuriaga, futuro Señor 5 de la SIDE, quien secundó a Kirchner junto a los ministros Aníbal Fernández (Interior) y José Pampuro (Defensa).
Por el lado de Duhalde había asistencia perfecta. Estaban todos. Se los veía a Eduardo Camaño, José María Díaz Bancalari, Alfredo Atanasof y Carlos Caterbetti. También estaba Graciela Camaño, la otra discutida de la lista, quien se diferenció de Ruckauf mostrándose por la gobernación. En un rincón se las podía ver a Chiche, Mabel Müller, Nélida “Chichi” Doga y María del Carmen Falbo, que charlaban en voz baja rodeadas de una asistencia mayormente masculina. En el salón se conversaba de las futuras propuestas de Solá, como la autonomía municipal que entusiasma a los intendentes y no tanto a Duhalde.

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Tres ganadores de la elección del domingo compartiendo el festejo en territorio duhaldista.
El Presidente no se privó de alabar la transversalidad, la política de “brazos abiertos”.
 
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