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Las siete de la tarde. Oscurece. El parque de la residencia oficial del gobernador con sus altos árboles y frondosa vegetación parece formar parte de la selva misionera. Muy cerca del quincho donde gusta realizar sus reuniones de trabajo Carlos Rovira, flamante mandatario reelecto, sonríe. “Gané. Fue contundente. Y conmigo ganó el presidente Néstor Kirchner. Los derrotados, qué duda cabe, son (Eduardo) Duhalde y (Ramón) Puerta, a quien le propiné un golpe durísimo, casi mortal”, asegura parco. Los mosquitos parecen no tomarlo en cuenta, con Página/12 no ocurre lo mismo. Sin percatarse de ello, Rovira no disimula el orgullo que le produce ser el primer gobernador de la transversalidad: “Hemos derrotado a los aparatos, a los caudillos y a los patrones”, y agrega que “este nuevo paradigma fue legitimado con el voto de la gente”. Sin embargo, ello no le impide mostrarse difuso, impreciso a la hora de responder si tiene en mente una reforma constitucional para aspirar a un nuevo mandato.
–¿De quién fue el triunfo. Suyo o también del presidente Kirchner?
–En primer lugar fue un triunfo de la renovación del pueblo misionero. Donde no sólo hay que tener en cuenta que se supo tener la capacidad para interpretar el desafío que nos marcan los tiempos en que vivimos. También colaboró la decisión concreta de romper con las estructuras partidarias que ocasionaron el mayor endeudamiento de la provincia y la hegemonía del poder político y económico. Sin duda, el hecho de que haya ganado por más de 70.000 votos al aparato puertista termina por fortalecer al presidente Kirchner. Acá ha ganado la renovación, la transversalidad y Misiones es el primer distrito donde sucede.
–Es decir que este nuevo paradigma, como usted suele decir, ha comenzado a cobrar forma.
–Comenzó con el Presidente y ahora hemos dado un paso fundamental porque este nuevo paradigma se legitimó gracias al voto de la gente. Algunos nos decían que era una osadía, una aventura. Pero acá nos ve, frente a una iniciativa sin igual sustentada por la gente.
–¿Cómo evalúa el hecho de haber superado por tanta diferencia a su adversario?
–Y, es un duro golpe para Puerta. (Piensa unos segundos.) Casi mortal.
–¿Este triunfo sobre la vieja política es de Rovira sobre Puerta pero también sobre Duhalde?
–El resultado es aleccionador. Quedó claro que el poder está en la gente. De nada valieron las interpretaciones que hicieron para apostar al viejo Partido Justicialista. La transversalidad está en Misiones, es casi un calco de lo que es nuestra historia y nuestra realidad étnica. Aquí es una historia de rubios, morochos, indios. De peronistas, de radicales, de independientes y que se perdió por la utopía mezquina o el capricho oligarca de los partidos, de pocos dirigentes partidarios que se han quedado solos. Yo no le temo, yo creo que tiene un gran valor para el país lo que hemos hecho aquí y lo que está haciendo el Presidente. Eso no es hegemonía, es pluralidad. Es una concepción cívica y política superadora de lo hegemónico que es hacer una rosca con los partidos y concentrar el poder. Insisto, el poder lo tiene la gente.
–¿Entonces, dirigentes justicialistas como Duhalde se están quedando sin espacio político?
–(Piensa) No sé. Creo que el ex presidente se equivocó con Misiones. Le aseguro, la mayoría del justicialismo terminó apoyando a la renovación. Creyeron que levantando los símbolos del PJ se quedarían con la credibilidad de la gente, con su respaldo y no fue así.
–¿Usted cree que el PJ tiene que cambiar a nivel nacional?
–Yo vislumbro que hay tiempos inevitables. Por eso, con todo respeto, no entendí lo que hizo Duhalde. Creo que está claro que la sociedad tiene en sus manos una herramienta muy poderosa en tanto se decida. Y también en tanto cuente con dirigentes decididos a hacerlo. A partir de ahora tenemos una dura tarea a nivel nacional de acercamiento, de sociabilización del proyecto de transversalidad. Es preciso un aggiornamiento del pensamiento político en conjunto.
–¿Piensa en retornar al PJ ahora que ganó?
–No. Pero esto no quiere decir que dejé de ser peronista. Sigo siéndolo, pero descreo de esa ciega lealtad partidaria. Es preciso aceptar los nuevos pensamientos, el disenso y esto implica no seguir las órdenes del patrón peronista, no importa incluso que se trate de Duhalde. Acá, el PJ debe renovarse si quiere seguir siendo la vanguardia de los cambios y para ello debe abandonar los anacronismos oligarcas que lo dominan.
–Obtuvo 70.000 votos más que Puerta, pero es su último mandato ¿Piensa en reformar la Constitución para seguir gobernando?
–No, no estoy pensando en ello.
–¿Pero no lo descarta?
–Es demasiado pronto.
–¿En qué otros lugares del país se imagina que puede repetirse la experiencia misionera?
–Bueno, eso lo dirá Kirchner. Pero más allá de eso, creo que la renovación misionera se ha ganado el máximo sitial de protagonismo político. Hoy nadie nos puede discutir como dirigentes de un proceso de coincidencia que ha sido antes y que ha sido fortalecido por este presente. Por lo tanto, vamos a ocupar este espacio y hacerlo crecer sin ningún tipo de rencores pero con plena y firme determinación.
–¿Los diputados nacionales electos del Frente Renovador se sumarán al bloque oficialista?
–Pero no al PJ, van a ser renovadores por Misiones.
–Un bloque aparte.
–No, no porque allí va seguir la línea de entendimiento y acuerdo entre la Nación y la provincia.
–También hay dos diputados del PJ, Puerta y Duhalde dijeron que iban a apoyar al gobierno de Kirchner con lo cual hoy se suman prácticamente cuatro diputados justicialistas.
–Eso vamos a ver, porque se dicen tantas cosas (risas).
–¿Tiene dudas de que Puerta y Duhalde apoyen a Kirchner?
–Y vamos a ver. Yo dudo de lo que no ha sido concebido en base a coincidencias y compromisos de trabajo, como lo tenemos nosotros. Ojalá sea así.