EL PAíS › PESE A LA OPOSICION DE KIRCHNER,
EL PJ DE TOMA LA QUIERE VER DE OMBUDSMAN
Pierini, la última apuesta de Menem
El círculo más íntimo del Presidente observa preocupado el avance de un plan del peronismo porteño ligado a Menem y Toma para conseguir que la Legislatura designe en la Defensoría a Alicia Pierini, la defensora internacional de Menem en la causa de las armas.
Por Martín Granovsky
Tras la derrota de Mauricio Macri en la Capital, el menemismo busca conquistar el último bastión posible para participar del juego porteño: quiere colocar como defensora del Pueblo a Alicia Pierini, la defensora internacional de Carlos Menem en la causa del contrabando de armas. La maniobra, según pudo saber Página/12, ya inquieta al presidente Néstor Kirchner, receloso ante la posibilidad de que se abra un espacio de poder del menemismo en la ciudad desde la que gobierna.
Pierini trabajó como subsecretaria de Derechos Humanos durante la gestión de Menem, y luego fue electa legisladora porteña, un cargo que aún conserva.
La sesión de la Legislatura para tratar el nombre del próximo ombudsman, o la próxima ombudsman, una palabra sueca sin femenino conocido por estas tierras, será este jueves, 2 de octubre. Y la polémica promete ser dura.
Tal como informó este diario, las leyes locales indican que el ombudsman debe tener el apoyo de un legislador. Las leyes no obligan, sin embargo, a que una buena parte de los legisladores actuales se haya hecho respaldar por algún colega, en algunos casos con promesas de cargos futuros. Tampoco obligan a encerrar el debate en los términos de un acuerdo de legisladores, o de una parte de ellos. Pero así está ocurriendo.
En voz baja, porque nadie osaría contar en voz alta arreglos que recordarían al viejo Concejo Deliberante, legisladores porteños admitieron a este diario que Pierini se ampara en un presunto acuerdo que habría establecido con sus colegas de otras bancadas antes de las elecciones nacionales. En ese momento Kirchner era todavía una hipótesis de triunfo y Menem aparecía en la mente de algunos dirigentes del peronismo porteño como una opción no solo interesante para conservar sus posiciones. También posible. La jugada del PJ local, que controla el ex jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado Miguel Angel Toma, consistió en este cálculo:
- Apostar a la victoria de Menem.
- Asumir como verdad que también a Aníbal Ibarra le convendría una victoria menemista nacional.
- Colocar a Pierini en lugar de Alicia Oliveira, que se aprestaba a terminar su mandato. Si triunfaba Ibarra, Pierini quedaría como la oposición menemista. Si ganaba Macri, cosa que en ese momento señalaban las encuestas, el PJ porteño cerraría el circuito completo de gobierno y su principal organismo de control. Algo así como el sueño de la transparencia al revés.
El cálculo del menemismo se completó con otra movida más: difundir, siempre bajo cuerda y sigilosamente, que el ibarrismo pondría la firma debajo del presunto acuerdo.
Fue el último punto, precisamente, el que se convirtió en clave durante los últimos días. El equipo de santacruceños más cercano al Presidente, incluso con despacho en la Casa Rosada, duda de que un acuerdo semejante entre el ibarrismo y el peronismo porteño exista. Y afirma dudar de que, si alguna vez en tiempos prehistóricos existió un borrador de acuerdo, pueda mantenerse en el tiempo después del resultado de la Capital (Ibarra ganador contra Macri junto con Kirchner y Carrió), en provincia de Buenos Aires (Felipe Solá ganador con Eduardo Duhalde y Kirchner), en Santa Fe (Jorge Obeid con Kirchner) y en Misiones (otra vez Kirchner como apoyo de Carlos Rovira). En el último caso, la duda es el nombre indulgente de una decisión ya tomada: la de no aceptar a una ex funcionaria de Menem, por otra parte ligada a su destino personal, como pieza clave del poder porteño.
El equipo cercano a Kirchner tiene la ventaja adicional de que no necesita hacerse cargo de acuerdos viejos, de los que no participó. Un funcionario aseguró que fue consultado el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que viene del peronismo porteño y aspira a ser candidato kirchnerista para suceder a Ibarra en el 2007, y que Fernández no se mostró dispuesto a salir en defensa de Pierini. “Lo que menos le conviene a Alberto es pegarse a una figura del menemismo si quiere tener futuro en un distrito donde Menem fracasó”, dijo un funcionario que pidió reserva de identidad.
Otra figura del peronismo porteño actualmente en el gobierno es Eduardo Valdés, el jefe de gabinete del canciller Rafael Bielsa. Valdés, un negociador nato, era legislador porteño hasta el minuto anterior a su ascenso a la Cancillería. El problema que se le plantearía ahora, si quisiera negociar por su cuenta un acuerdo con Pierini, es que Kirchner también es un negociador pero prefiere los límites y el conflicto a la rosca pura, o en todo caso apela a la rosca, por ejemplo con el duhaldismo, para enfrentar conflictos con el menemismo. Y un acuerdo porteño con Toma y Pierini no tendría a Duhalde como jugador. Otro problema se le plantearía a su jefe: celoso de su imagen, Bielsa necesita cualquier cosa menos importar a la Cancillería una asociación con figuras ligadas a Menem por un reparto de poder local.
Como jefe de Gabinete de Rafael Bielsa, Valdés es quien puede corroborar el tráfico de mensajes entre Buenos Aires y Washington durante el proceso de las armas contra Menem. Uno de ellos, al que tuvo acceso Página/12, es el que muestra a Alicia Pierini como una activa defensora internacional del ex presidente, tal como se informa aparte.