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El ministro del Interior, Aníbal Fernández, cargó con dureza contra el gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, quien el último domingo consiguió su reelección con el 56 por ciento de los votos. “Tiene una incontinencia verbal muy grande”, sostuvo Fernández, y replicó así el reproche que el mandatario neuquino le hizo públicamente por haberse reunido con los docentes en una visita que hizo a esa provincia para apoyar al candidato del PJ, Aldo Duzdevich. Precisamente, los maestros desalojaron el puente entre la capital provincial y la localidad rionegrina de Cipolletti que mantenían cortado en reclamo de mejoras salariales e instalaron un campamento frente a la Casa de Gobierno de Neuquén.
Al frente del Movimiento Popular Neuquino, Sobisch se aseguró un tercer mandato como gobernador con el 56 por ciento de los votos. El mandatario también se garantizó la mayoría legislativa en la provincia y su fuerza política retuvo además las dos bancas de diputados nacionales que se pusieron en juego en la elección del domingo pasado. Segundo y muy atrás, con el 19,85 por ciento, quedó Duzdevich, el postulante peronista respaldado desde la Casa Rosada. “Desde la oposición no logramos conformar una alternativa válida, sólida, por eso ganó Sobisch”, sostuvo el candidato del PJ para explicar su derrota.
La distancia que separa a Sobisch, un fiel aliado de Carlos Menem, del gobierno nacional quedó reflejada en las declaraciones de Fernández, a quien el gobernador había cuestionado por haberse reunido con los docentes en conflicto durante una visita a Neuquén. “Las expresiones del gobernador tienen que ver con su incontinencia verbal, que ha hecho de eso un culto. El ha tenido incontinencias verbales para referirse a la Iglesia, ha tenido incontinencia verbal para decirle al pueblo de Neuquén que él está en condiciones de prestarles dinero a sus amigos y lo va a seguir haciendo... Bueno, tiene esa incontinencia verbal. Así que habrá que ver cómo lo corrige”, replicó el funcionario.
Los maestros, quienes hace 11 días están en conflicto en demanda de mejoras salariales, se instalaron frente a la Casa de Gobierno neuquina. Hasta ayer a la madrugada estuvieron cortando el puente que une la ciudad de Neuquén con Cipolletti, pero entonces resolvieron abandonar ese lugar frente al amplio operativo policial que se había desplegado para desalojarlos.