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“Para hacer frente a los nuevos desafíos el Poder Judicial debe repensarse desde adentro, y también es una cuestión del régimen político. Para esto es necesario empezar a pensar si el sistema presidencialista es la mejor opción para la Argentina”, disparó Raúl Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema, durante una nueva mesa debate organizada por Justicia Legítima denominada “nuevos desafíos para una justicia democrática”. Fue ayer en la Biblioteca Nacional y estuvieron presentes jueces, fiscales, defensores, estudiantes y militantes de derechos humanos, además de funcionarios como la Procuradora General Alejandra Gils Carbó.

Según Zaffaroni, el control difuso de constitucionalidad “tiene que tener un límite, debe replantearse la cabeza misma del Poder Judicial, la Corte Suprema. Si hay una reforma constitucional, lo lógico sería que tengamos un tribunal constitucional que tuviese la potestad de declarar inválida una ley”. Y agregó que “como nuestra Constitución no establece cuántos ministros tiene que tener la Corte, se puede llevar a 15 el número de ministros. Un control de constitucionalidad de cinco personas es muy peligroso, toda concentración de poder es muy peligrosa”. Sobre el Consejo de la Magistratura, Zaffaroni afirmó que “no puede trabajarse en un consejo, que es un órgano de administración, con criterio de bloque político. El ex juez supremo destacó que “a los jueces los fabricamos en la Facultad de Derecho, cuidado con lo que estamos enseñando, con preocuparse solamente por la lógica interna del sistema normativo, puede ser un delirio bien sistematizado”. Y desafió: “La justicia debe estar politizada porque es una rama del gobierno y del Estado. Esto no significa que alguien me maneje por teléfono. Cuando se pasa un límite se entra a la partidización. La politización es natural, la partidización es un vicio”.

Por su parte, el camarista de Casación Alejandro Slokar, integrante de Justicia Legítima, aseguró que “existe un modo diferente de concebir el derecho y la magistratura dentro de un sistema democrático”. Al referirse a la cuestión de la independencia judicial, Slokar afirmó que “el judicial será democrático no solo cuando asegura resolver un conflicto con ausencia de presiones de poderes formales, sino cuando –y por sobre todo– decide contra los intereses sectoriales (económicos, mediáticos, religiosos) que pugnan por mantener un statu quo inequitativo e impiden el avance de los derechos humanos”. El juez dijo que el objetivo de Justicia Legítima es “pugnar por la construcción de un poder judicial con la legitimidad para limitar a los poderosos y proteger a los mas desfavorecidos”.

Por su parte, el politólogo Atilio Borón señaló que “la creación de malhumor y tensión social tiene como objetivo dejar exhaustos a los gobiernos, por lo que es necesario evitar a toda costa la violencia política a través de la militancia y la movilización populares, porque los golpes blandos no son blandos, son violentos”.